jueves, 9 de febrero de 2012

OFRECER DONES IMPERFECTOS.

El temor que uno tiene a mirarse a los ojos puede tener otro origen.
Une persona me dijo: “Se me hacía difícil ofrecer al Señor mi ira y mi rencor porque yo quería seleccionar el presente que le haría. Me hacía tan feliz ofrecerle mi paciencia, mi cariño a los demás, mi amor… me hacía sentir tan orgullosa…quería elegir unos zapatos hermosos con los que salir a su encuentro. Él me mostró los zapatos que tenía preparados: eran feos, usados, pero me ajustaban a la perfección, de suerte que podía caminar y aún correr hacia Él con facilidad. Así que me puse los zapatos, le ofrecí mis dones: le presente mi ira y mi rencor”.

                                                                                  Pierre WOLFF
¿Puedo yo odiar a Dios? Ed. Desclée de Brouwer, colección “Caminos”.