Lo que hubiera podido decir Jesús, el día de la Visitación.
“Apenas encarnado, pedí a mi Madre que me llevara a la casa donde iba a nacer Juan, a fin de santificarlo antes de su nacimiento. Antes de nacer, ya trabajo en esta obra: la santificación de los hombres, y animo a mi Madre a trabajar conmigo. No es solamente a ella a quien animo a trabajar en la santificación de los demás: lo hago con todas las almas a quienes me doy. Un día diré a mis apóstoles: Predicad, y les entregaré su misión y les trazaré sus reglas.
Ahora digo a todas aquellas almas que me poseen y viven escondidas, pero que no han recibido la misión de predicar: santificad las almas, llevándome entre ellas en silencio. A las almas contemplativas, de vida escondida, que viven lejos del mundo, en soledad, les digo: trabajad como mi Madre, sin palabras, en silencio; ID a establecer vuestros piadosos retiros en medio de aquellos que me ignoran; llevadme entre ellos y, levantando un altar, un tabernáculo, llevadles el Evangelio, no predicándolo por la boca, sino predicándolo por el ejemplo; no anunciándolo, pero sí viviéndolo. Santificad al mundo, llevadme al mundo, almas piadosas, almas escondidas y silenciosas, como María me llevó a Juan.”
Beato CHARLES DE FOUCAULD
Militar, explorador, sacerdote.
Asesinado en el Sahara (1858 – 1916)