Santa Teresa nos dice que el alma no tiene necesidad de buscar a
Dios fuera de sí mismo para orarle. Está dentro, y nos podemos dirigir a Él con
la simplicidad del niño que habla a su padre. En
otro lugar, la Santa insiste en las ventajas de formarse una convicción viva de
la proximidad de Dios..
Y
no son necesarias las palabras. Podemos contentarnos con conceder silenciosa
atención a nuestro Huésped, confiando que Él ve y acepta el amor y la adoración
de nuestro corazón.
No
olvidemos la afirmación de Santa Teresa: Oración
mental no es otra cosa que tratar de amistad, estando muchas veces tratando a
solas con quien sabemos nos ama.
Eugene
BOYLAN