Quien quiera guardar su vida la perderá, pero el que la pierda por mi causa la salvará. Reflexionemos sobre esta palabra de nuestro Señor, que quiere atraer todas las cosas hacia sí. Así hace nuestro Señor: recuerda primero al hombre sus divagaciones exteriores y sus dispersiones, haciéndole recoger sus sentidos, sus facultades, palabras, obras, su intención, su imaginación, sus deseos, sus inclinaciones, su inteligencia, su voluntad y su amor. Una vez hecho esto, Dios atrae al hombre, porque primero hay que separarlo de todo bien exterior o interior al cual se ató poniendo en ello su satisfacción plena. Este despego es una cruz penosa, tanto más penosa cuanto más firme y más fuerte era el afecto.
Querido hijo, acepta de Dios esta cruz y sopórtala: se te transformará en una cruz muy amable si eres capaz de entregarle estas pruebas a Dios, aceptarlas, con un abandono verdadero y agradecimiento, y dirás: Proclama mi alma la grandeza del Señor. Querido hijo, deja todo esto y aplícate en un abandono verdadero, y piensa en aceptar mucho más la cruz de la tentación que en buscar la flor de la dulzura espiritual... Nuestro Señor dijo: El que quiera venirse conmigo, tome su cruz y me siga.
Beato Juan TAURERO
Dominico en Estrasburgo (Ca. 1300-1361).
Amigos, he deseado abrir este blog a fin de tener un intercambio más personal con vosotros, porque los e-mail son muy interesantes pero muy impersonales finalmente. Así que, ayudada por mi hijo, lanzo esta botella al agua para compartir ideas y sentimientos, sobre todo religiosos. Como leo bastante, guardo lo que me impresiona y es eso que quisiera compartir con vosotros. A ver si entre todos hacemos una cosa bonita.
viernes, 28 de octubre de 2016
lunes, 24 de octubre de 2016
PAZ EN ESTA CASA.
Después del 11 de septiembre de 2001, el mundo entero ha tomado conciencia, con una intensidad hasta ahora desconocida, de la vulnerabilidad de cada ser humano y ha comenzado a contemplar el futuro con un sentimiento nuevo de profundo miedo. De cara a este sentimiento, la Iglesia quiere dar testimonio de su esperanza, fundada sobre la convicción de que el mal, mysterium iniquitatis, no tiene la última palabra en las vicisitudes humanas. La historia de la salvación, narrada en la Sagrada Escritura, proyecta una luz intensa sobre la historia del mundo, mostrando que ésta está siempre acompañada por la solicitud misericordiosa y providente de Dios, que conoce los caminos para llegar a los corazones más endurecidos y sacar frutos buenos de terrenos áridos e infecundos.
Los sufrimientos indecibles de pueblos y personas, entre ellos muchos de mis amigos y personas conocidas a causa de los totalitarismos nazi y comunista, siempre han suscitado en mí interrogantes y han estimulado mi oración. Muchas veces, me he detenido en la siguiente reflexión: ¿cuál es el camino que conduce al restablecimiento completo del orden moral y social que están empañados de manera tan bárbara? He llegado a la convicción, a través de la reflexión de la revelación bíblica, de que no se puede restablecer el orden quebrantado si no es llegando a una armonía entre justicia y perdón. Los pilares de la verdadera paz son la justicia y esa forma particular de amor que es el perdón.
San JUAN PABLO II
Primer papa polaco de la historia. Su pontificado ha sido el tercero más largo de la historia (1920-2005).
viernes, 21 de octubre de 2016
Las ovejas sin pastor.
Viendo o la muchedumbre, tuvo lástima de ella
Mirad a vuestro alrededor, hermanos: ¿por qué hay tantos cambios y luchas, tantos partidos y sectas, tantos credos? Porque los hombres están insatisfechos e inquietos. ¿Y por qué están inquietos, cada uno con su salmo, su doctrina, su lengua, su revelación, su interpretación? Están inquietos porque no han encontrado; todo esto todavía no los ha llevado a la presencia de Cristo, que es la plenitud de la alegría y la felicidad eterna. Si hubieran sido alimentados por el Pan de la vida y probado el panal de miel, sus ojos se habrían vuelto claros, como los de Jonatán, y habrían reconocido al Salvador de los hombres. Pero no habiendo percibido estas cosas invisibles, todavía deben buscar, y están a merced de rumores lejanos.
Triste espectáculo: el pueblo de Cristo errante sobre las colinas como ovejas sin pastor. En lugar de buscarlo en los lugares que siempre frecuentó y en la morada que estableció, se detienen en proyectos humanos, siguen a guías extranjeros y se dejan cautivar por opiniones nuevas, se convierten en el juguete del azar o del gozo del momento y víctimas de su propia voluntad. Están llenos de ansiedad, de perplejidad, de celos y de espanto, bamboleados y llevados por el viento de cualquier doctrina, por la astucia de los hombres y su propia astucia que se obstina en el error. Todo esto porque no buscan el Cuerpo único, el Espíritu único, la única esperanza de su llamada, el único Señor, la fe única, el bautismo único, el Dios único y Padre de todos para encontrar el descanso de sus almas.
Beato John HENRY NEWMAN
Nace en Londres; convertido del anglicanismo, fue presbítero, cardenal y fundador de una comunidad religiosa (1801-1890).
Mirad a vuestro alrededor, hermanos: ¿por qué hay tantos cambios y luchas, tantos partidos y sectas, tantos credos? Porque los hombres están insatisfechos e inquietos. ¿Y por qué están inquietos, cada uno con su salmo, su doctrina, su lengua, su revelación, su interpretación? Están inquietos porque no han encontrado; todo esto todavía no los ha llevado a la presencia de Cristo, que es la plenitud de la alegría y la felicidad eterna. Si hubieran sido alimentados por el Pan de la vida y probado el panal de miel, sus ojos se habrían vuelto claros, como los de Jonatán, y habrían reconocido al Salvador de los hombres. Pero no habiendo percibido estas cosas invisibles, todavía deben buscar, y están a merced de rumores lejanos.
Triste espectáculo: el pueblo de Cristo errante sobre las colinas como ovejas sin pastor. En lugar de buscarlo en los lugares que siempre frecuentó y en la morada que estableció, se detienen en proyectos humanos, siguen a guías extranjeros y se dejan cautivar por opiniones nuevas, se convierten en el juguete del azar o del gozo del momento y víctimas de su propia voluntad. Están llenos de ansiedad, de perplejidad, de celos y de espanto, bamboleados y llevados por el viento de cualquier doctrina, por la astucia de los hombres y su propia astucia que se obstina en el error. Todo esto porque no buscan el Cuerpo único, el Espíritu único, la única esperanza de su llamada, el único Señor, la fe única, el bautismo único, el Dios único y Padre de todos para encontrar el descanso de sus almas.
Beato John HENRY NEWMAN
Nace en Londres; convertido del anglicanismo, fue presbítero, cardenal y fundador de una comunidad religiosa (1801-1890).
martes, 18 de octubre de 2016
JOSÉ, PADRE DE JESÚS.
No hay duda de que José, que ha sido desposado con la madre del
Salvador, fuera un hombre bueno y fiel, o más bien un servidor seguro y solicito al que el Señor estableció al cuidado de
su familia para ser el consuelo de su madre, el padre nutricio de su humanidad,
el cooperador fiel en su designio sobre el mundo. De la casa de David,
descendiente de estirpe real y noble por su nacimiento, pero más noble todavía
por su corazón. Sí, él fue verdaderamente hijo de David, no sólo por la sangre, sino por su fe,
por su santidad, por su fidelidad al servicio de Dios.
En José, el Señor encontró, como en David, un hombre según su corazón, a quien pudo confiar con toda seguridad
el secreto más grande de su corazón. Le reveló los secretos más profundos de su
Sabiduría, le
reveló maravillas que ningún príncipe de este mundo ha conocido; por fin, le
otorgó ver lo
que tantos reyes y profetas desearon ver y no vieron, y oírlo que muchos
desearon oír y no oyeron. Y no sólo verlo y oírlo, sino llevado en sus brazos, conducirlo de la
mano, estrecharlo contra su pecho, abrazarlo, alimentarlo y protegerlo.
San
Bernardo
viernes, 14 de octubre de 2016
JESÚS ESTÁ EN LAS ESCRITURAS.
Cristo estaba presente en todos aquellos a quienes, desde el comienzo,
Dios comunicaba su palabra, su verbo. Si alguien lee las Escrituras en esta
perspectiva, encontrará la referencia a Cristo y una prefiguración de un nuevo
llamamiento. Porque él es el tesoro escondido en el campo, es decir, en el mundo. Tesoro escondido
en las Escrituras porque había sido prefigurado en figuras y parábolas que,
humanamente hablando, no podían ser comprendidas antes del cumplimiento de las
profecías, es decir, antes de la venida del Señor. Por esto fue dicho al
profeta Daniel: Manten
ocultas estas palabras y ten sellado el libro hasta que llegue el momento
final. La ley leída por los cristianos es un
tesoro escondido antiguamente en un campo, pero fue revelado en la cruz de
Cristo. La cruz manifiesta la sabiduría de Dios, da a conocer sus designios en
vista a la salvación de la humanidad, prefigura el reino de Cristo, anuncia la
buena noticia de la herencia de la Jerusalén santa, anuncia que la persona que
ama a Dios progresará hasta ver a Dios y comprender su palabra, y será
glorificada por esta palabra. Así el Señor explica las Escrituras a sus
discípulos después de la resurrección, afirmando que era necesario que Cristo sufriera para
entrar en su gloria. Si
alguien lee así las Escrituras, será un discípulo perfecto, que es como un padre de familia que saca
de su tesoro cosas nuevas y viejas.
San IRENEO DE LYON
martes, 11 de octubre de 2016
LA LEVADURA EN LA MASA.
Os recuerdo la grandeza de la andadura a lo divino en el cumplimiento
fiel de las obligaciones habituales de la ¡ornada, con esas luchas que llenan
de gozo al Señor, y que sólo él y cada uno de nosotros conocemos. Convenceos de
que ordinariamente no encontraréis lugar para hazañas deslumbrantes, entre
otras razones, porque no suelen presentarse. En cambio, no os faltan ocasiones
de demostrar a través de lo pequeño, de lo normal, el amor que tenéis a Jesucristo.
Al meditar aquellas palabras de nuestro
Señor: Yo,
por amor de ellos, me santifico a mí mismo, para que ellos sean santificados en
la verdad, percibimos
con claridad nuestro único fin: la santificación, o bien, que hemos de ser
santos para santificar. A la vez, como una sutil tentación, quizá nos asalte el
pensamiento de que muy pocos estamos decididos a responder a esa invitación
divina, aparte de que nos vemos como instrumentos de muy escasa categoría. Es
verdad, somos pocos, en comparación con el resto de la humanidad, y
personalmente no valemos nada; pero la afirmación del Maestro resuena con
autoridad: el cristiano es luz, sal, fermento del mundo, y un poco de levadura hace fermentar la
masa entera.
viernes, 7 de octubre de 2016
NO TE PREOCUPES.
Avanza con simplicidad en los caminos del Señor, y no te preocupes.
Detesta tus defectos, sí, pero tranquilamente, sin agitación ni inquietud.
Debemos tener paciencia con ellos, y sacar provecho de ellos gracias a una
santa humildad. Si te falta la paciencia, tus imperfecciones, en lugar de
desaparecer, no harán más que crecer. Porque no hay nada que refuerce tanto
nuestros defectos como la inquietud y la obsesión por liberarse de ellos.
Cultiva tu viña de común acuerdo con Jesús. Tuya es la tarea de quitar
las piedras y arrancar la cizaña. Pertenece a Jesús la tarea de sembrar, plantar, cultivar y regar. Pero incluso en tu trabajo, es también él quien obra. Porque sin Cristo, no podrías hacer nada.
San PÍO DE PIETRELCINA
martes, 4 de octubre de 2016
EL ABANDONO.
Querer sólo lo que Dios quiere es lo lógico para el que es de veras su
amador. Fuera de sus deseos, no existen deseos nuestros, y si existe alguno, es
que es conforme a su voluntad, y si no lo fuera, es que entonces no estaría
nuestra voluntad unida a la suya. Pero si de veras estamos unidos por amor a su
voluntad, nada desearemos que él no desee, nada amaremos que él no ame, y
estando abandonados a su voluntad, nos será indiferente cualquier cosa que nos
envíe, cualquier lugar donde nos ponga. Todo lo que él quiera de nosotros no
solamente nos será indiferente, sino que será de nuestro agrado.
No sé si en todo esto que digo hay error; en todo me someto al que de
esto entienda. Yo sólo digo lo que siento, y es que en verdad nada deseo más
que amarle a él, y que todo lo demás a él lo encomiendo; cúmplase su volundad. Cada día soy más feliz en mi total abandono en sus manos.
San RAFAEL ARNAÍZ BARÓN.
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