No creo que haya nadie que necesite tanto de la ayuda y gracia de Dios como yo. A veces me siento impotente y débil. Creo que por eso Dios me utiliza. Puesto que no puedo fiarme de mis fuerzas, me fío de él las veinticuatro horas del día. Y si el día tuviera más horas más necesitaría su ayuda y la gracia. Todos debemos aferramos a Dios a través de la oración. Mi secreto es muy sencillo: la oración. Mediante la oración me uno en el amor con Cristo. Comprendo que orarle es amarlo... La gente está hambrienta de la palabra de Dios para que les dé paz, unidad y alegría. Pero no se
puede dar lo que no se tiene, por lo que es necesario intensificar la vida de oración.
Sé sincero en tus oraciones. La sinceridad es humildad y esta solo se consigue aceptando las humillaciones. Todo lo que se ha dicho y hemos leído sobre la humildad no es suficiente para enseñarnos la humildad. La humildad solo se aprende aceptando las humillaciones, a las que nos enfrentamos durante toda la vida. Y la mayor de ellas es saber que uno no es nada. Este conocimiento se adquiere cuando uno se enfrenta a Dios en la oración. Por lo general, una profunda y ferviente mirada a Cristo es la mejor oración: yo le miro y él me mira. Y en el momento en que te encuentras con él cara a cara adviertes sin poderlo evitar que no eres nada, que no tienes nada.
puede dar lo que no se tiene, por lo que es necesario intensificar la vida de oración.
Sé sincero en tus oraciones. La sinceridad es humildad y esta solo se consigue aceptando las humillaciones. Todo lo que se ha dicho y hemos leído sobre la humildad no es suficiente para enseñarnos la humildad. La humildad solo se aprende aceptando las humillaciones, a las que nos enfrentamos durante toda la vida. Y la mayor de ellas es saber que uno no es nada. Este conocimiento se adquiere cuando uno se enfrenta a Dios en la oración. Por lo general, una profunda y ferviente mirada a Cristo es la mejor oración: yo le miro y él me mira. Y en el momento en que te encuentras con él cara a cara adviertes sin poderlo evitar que no eres nada, que no tienes nada.
Santa Teresa de CALCUTA
Fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad (1910-1997).
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