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Ese
nombre significa "Estrella del mar"
le encaja admirablemente a la Virgen Madre. Nada es más justo que compararla
con una estrella que da sus rayos sin alterarse, como ella da a luz a su hijo
sin detrimento de su cuerpo virgen. Es ciertamente esta noble estrella nacida de Jacob, cuyo esplendor ilumina el mundo
entero, quien brilla en los cielos y penetra en los infiernos.
Verdaderamente esta bella y admirable estrella se levanta por encima del mar
inmenso, resplendiendo de méritos, alumbrando por su ejemplo. Todos vosotros,
cuando estéis en alta mar, sacudidos por la tormenta y la tempestad, lejos de
la tierra firme, poned los ojos en la luz de esta estrella para evitar el
naufragio. Si los vientos de la tentación se levantan, si ves acercarse el
escollo de la prueba, mira a la estrella, invoca a María.
Si eres sacudido por los vacíos
del orgullo, de la ambición, de la maledicencia o de los celos, levanta la
mirada hacia la estrella, invoca a María. Si te abruma la grandeza de tus
pecados, si te la avergüenza tu conciencia, te espanta el temor del juicio, si
estás a punto de zozobrar en el
precipicio de la tristeza y la desesperación, piensa en María. ¡en el peligro,
la angustia, la duda, piensa en María! Que su nombre jamás abandone tus labios,
ni tu corazón. Siguiéndola, no te extraviarás; rogándola¸ no desesperarás. Y
comprenderás por tu propia experiencia cuan justas son estas palabras: EL NOMBRE DE LA VIRGEN ERA MARÍA.
San BERNARDO.
(1090 -
1153)
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