Al permitir que sus discípulos participen de ese encuentro íntimo de
él con el Padre, Jesús les va enseñando cómo, en la historia, la gloria de Dios
se va a manifestar por el ministerio de su pasión. Su abajamiento no le separa
del Padre ni rebaja su divinidad. En la transfiguración se manifiesta el amor
de su corazón, que allí irradia a toda su persona con esa especial claridad.
Jesús habla con Moisés y Elias. ¿De qué hablan? De su muerte, que iba a consumar en
Jerusalén. Señaló
Benedicto XVI:
«En su diálogo íntimo con el Padre, no sale de la historia, no huye de
la misión por la que ha venido al mundo... Más aún, Cristo entra más
profundamente en esta misión, adhiriéndose con todo su ser a la voluntad del
Padre, y nos muestra que la verdadera oración consiste precisamente en unir
nuestra voluntad a la de Dios».
David AMADO FERNANDEZ.
David AMADO FERNANDEZ.
Iban hacia Jerusalén, donde tiene que cumplirse su Pasión. Jesús sube a la montaña y se transfigura. Los tres discípulos pueden percibir la gloria divina que se estaba manifestando en aquel Hombre que ellos siguen como Maestro, pero que en nada les parece diferente de cualquier hombre.
ResponderEliminarLa transfiguración de Jesús es una manifestación de su divinidad, pero también es un anuncio de la transformación que experimentará nuestro ser cuando seremos configurados a Él.
La transfiguración es una llamada de Dios. Es la misma voz de Jahvé que habló con Abrahán y que prometió darle un pais a su descendencia; ahora nos habla desde la nube para decirnos:"Este es mi Hijo, mi elegido, escuchadle".Y los discípulos se quedan sólo con Jesús. Moisés y Elías han desaparecido; ahora estamos en el Nuevo Testamento y, si seguimos a Jesús ya no nos hace falta nada más.Recibe, querida Amiga, un fuerte abrazo en compañía de Miguel. MªJosé.