El letrado conoce la ley. Jesús
le felicita. Sin embargo hay en ese hombre un deseo de que aquellos
mandamientos no comprometan su vida. Quiere reducir la ley a su vida. Tiene una
creencia abstracta que no sirve para iluminar su vida diaria.. como el
sacerdote y el levita de la parábola que dan un rodeo para evitar encontrarse
con el hombre herido. Es el pecado de omisión.
Los Padres de la Iglesia dan su
interpretación : el hombre es herido por el pecado, ni la antigua ley, ni los
profetas pueden salvarle. Por eso pasan de largo. Pero Dios suscita un hombre
para dar le la salvación, Yo soy un pobre
malherido, Dios mío; tu salvación me levante.
El buen samaritano no actúa
interpretando unos preceptos sino que sintió
lástima. Todo lo que hace muestra una gran delicadeza, signo de lo que Dios
hace con cada uno de nosotros. El samaritano deja al hombre herido en una
posada, que puede simbolizar la Iglesia, y le entrega dos denarios, que, según
algunos Padres simbolizan los dos preceptos de la caridad que se pueden
identificar con el rostor de Cristo, impreso en las monedas..
David AMADO FERNÁNDEZ.
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