A la hora de la prueba, Pedro negó tres veces a su Maestro. Y su voz
temblaba cuando respondió: Señor, Tú
sabes todo, Tú sabes que te amo. Y sin embargo, no respondió "Y no
obstante, Señor, te he decepcionado, sino solamente : Tú sabes que te amo. Al decir esto, sabía ya que Cristo es la
piedra angular sobre la cual por encima de toda debilidad humana, puede crecer
en esta construcción que tendrá la forma de amor. A través de todas las
situaciones y de todas las pruebas. Hasta el fin. Por eso escribirá un día en
su Carta el texto sobre Jesucristo, la piedra angular sobre la cual vosotros, como piedras vivas, sois
edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales agradables a Dios por Jesucristo.
Todo esto no significa otra cosa que responder siempre y constantemente,
con tenacidad y de manera consecuente, a esa única pregunta: ¿Tú amas? ¿Tú me
amas? ¿Me amas cada vez más?
Es en efecto, esta respuesta, es decir, este amor, lo que hace que seamos linaje escogido, sacerdocio regio, gente
santa, pueblo adquirido. Es la que hace que proclamemos las obras
maravillosas de aquel que nos ha llamada
de las tinieblas a su luz admirable. Todo esto Pedro lo supo con la
absoluta certidumbre de su fe. Y todo esto lo sabe, y lo continua confesando,
en sus sucesores.
San JUAN PABLO II
No hay comentarios:
Publicar un comentario