No puede ser conquistado por las
armas de la inteligencia. Conquistar a Dios consiste en dejarse conquistar por
Él. A Dios se le puede asumir, se le puede acoger. En una palabra el Señor Dios es fundamentalmente,
objeto de fe. No podemos “agarrar” a Dios, es imposible dominarlo
intelectualmente. Somos caminantes. Siempre partimos nunca llegamos.
Nos hizo como un pozo de infinita
profundidad que solo un infinito puede llenar. Todas las facultades y sentidos
del hombre pueden estar satisfechos pero el hombre siempre queda insatisfecho.
El insatisfecho también es un caminante.
Ignacio LARRAÑAGA
El silencio de María.
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