Las revelaciones privadas no son
base de fe teologal. Por tanto, la fe se contamina y debilita cuando uno se
apoya en ellas, en vez de apoyarse solamente en la Palabra de Dios y en la fe
de la Iglesia católica. Para los que deseen aprovecharse de ellas, la norma a
seguir podrías ser la que da San Pablo: El
que profetiza habla a los hombres para su edificación, exhortación y
consolación. En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen.
Y como norma de discernimiento, san Juan de la Cruz valora enormemente la razón
sana, o sentido común iluminada por la fe teologal.
En conclusión: acoger con
gratitud el buen efecto que producen tales comunicaciones cuando son de Dios,
sobre todo el aumento de fe y amor a Dios y al prójimo; pero no embarazarse con
ellas, porque entonces impedirían la unión con Dios en la fe pura y amor
generoso.
Marcelino IRAGUI REDÍN
(Hacia Dios en la noche)
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