Es este un aspecto fundamental en lo tocante a las relaciones de unos
con otros, y con Dios. En cada encuentro con una persona, sea cual sea su
duración, debemos transmitir la sensación de estar disponibles en ese momento
al cien por cien, y de no tener ninguna preocupación ni otra cosa que hacer que
estar con esa persona y vivir con ella lo que haya que vivir en ese instante,
todo el tiempo que haga falta. Y no es una simple cuestión de cortesía, sino
una verdadera disponibilidad de corazón. Esto es algo que cuesta mucho, porque
tenemos un fuerte instinto de propiedad en lo relativo al tiempo, y el hecho de
no poder dominarlo a nuestro antojo crea en nosotros cierta inseguridad. Pero
el amor auténtico tiene este precio, si Jesús nos pide que no nos dejemos
inquietar, lo hace lleno de compasión y ternura, y sobre todo con el fin de
guardar la calidad de nuestra relación: un corazón habitado por la inquietud y
la preocupación no se encuentra disponible para nadie y es incapaz de hacer de
cada encuentro un momento de verdadera comunión del que el corazón salga
contento. Los padres deben recordar que los niños pueden pasarse sin su
presencia y sin reclamar constantemente su atención solo si disponen
habitualmente de algunos momentos durante los cuales perciben que papá y mamá
no tienen otra cosa que hacer que dedicarse a ellos.
Lo mismo si en lugar de confiar a Dios nuestras inquietudes nos dejamos
devorar por ellas y no podemos dedicarle un tiempo, seremos incapaces de
proporcionar calidad a nuestra presencia, incluso aunque hagamos muchas cosas
en su nombre.
Jacques PHILIPPE.
La libertad interior.
Un cristiano, no puede encerrarse en sí mismo, despreocupado y ajeno a todo lo que acontece a su alrededor. Jesucristo es un modelo de convivencia. Los fariseos se sorprendían y se preguntaban:¿Porqué come con publicanos y pecadores? Pero Jesús se encontraba bien en la diversidad, Él ha venido a salvar a todos"no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos".Jesús no rehuye el trato social, más bien lo busca. Tiene amigos pudientes como Nicodemo o José de Arimatea, los amigos de Betania; tiene amistad con mendigos, leprosos, familias...Tiene en Jerusalém amigos que le prestan una sala para que pueda celebrar la Pascua con sus discípulos. Jesús es un ejemplo vivo para nosotros. De El podemos aprender a ser personas abiertas y afables; siempre dispuestas a comprender y a disculpar al otro.Esto se consigue amando porque el amor si es auténtico no es posesivo, es oblativo y nos hace generosos.. Un cordial abrazo. Mjosé
ResponderEliminar