Los apóstoles atraviesan el
lago. Jesús está solo en tierra, mientras ellos se agotan remando sin lograr
avanzar porque el viento les es contrario. Jesús ora y en su oración les ve
esforzarse por adelantar. Va, pues, a su encuentro.
Este texto está lleno de
simbolismos eclesiológicos: los apóstoles en el mar y contra viento, y el Señor
junto al Padre. Pero lo que es determinante es que en su oración, cuando está junto al Padre, no está ausente, sino
que muy al contrario, al orar es cuando los ve. Cuando Jesús está junto al
Padre, está presente en su Iglesia. El
problema de la venida final de Cristo aquí se transforma de manera trinitaria:
Jesús ve a la Iglesia en el Padre y, por el poder del Padre y por la fuerza de
su dialogo con Él, está presente, está junto a ella. Es precisamente este
diálogo con el Padre, cuando está en la montaña lo que lo hace presente. La
Iglesia, por así decirlo, es objeto de la conversación entre el Padre y el
Hijo, es decir el Espíritu Santo, pues ella misma está anclada en la vida
trinitaria.
Joseph RATZINGER.
La Iglesia se entendía, y,aún se entiende, como el pueblo santo, propiedad de Dios; y, si tenemos alguna duda, podemos leer aquel texto de Pedro:ª Vosotros sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido de Dios para alabar a Aquél que os ha sacado de las tinieblas y os ha colocado bajo su admirable Luz.".Nuestra vida es trinitaria; nosotros somos hijos de Dios y somos amados por el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo oran por nosotros y en nosotros.José Ratzinger dijo en 1970 que el futuro de la Iglesia podría venir por la fuerza de quienes tuvieran unas raíces muy profundas y vivieran animados por la plenitud de su Fe. El Emérito, además de un gran teólogo, es profeta...
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