La oración de petición es otro medio para conseguir el Santo
Espíritu. «Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá;
porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué
padre entre vosotros si un hijo le pide un pan le dará una piedra? ¿O si le
pide un pez, le dará en vez de un pez una serpiente? ¿O si le pide un huevo le
dará un escorpión?» Y el Señor concluye: «Si vosotros, pues, siendo malos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?» (Le 11, 13).
Pedir a Dios el Espíritu
Santo es una oración segura. Es el ejemplo de buena petición que nos pone
Jesús. No cabe, pues, que no seamos atendidos, como ocurre a veces cuando
solicitamos en nuestra oración cosas que, aunque aparentemente son buenas para
nosotros, Dios sabe que no nos convienen. JÁVIER FERNÁNDEZ-PACHECO
No hay comentarios:
Publicar un comentario