¿Dónde está el corazón del amante? En la cosa que ama: por
consiguiente, allí donde está nuestro amor, allí es donde nuestro corazón
permanece cautivo. No puede salir de allí, no puede elevarse más alto, no puede
ir ni a derecha ni a izquierda; vedle parado. Allí donde está el tesoro del
avaro, allí tiene su corazón; allí donde está nuestro corazón, ese es nuestro
tesoro. Una nonada, una imaginación, una palabra seca que alguien nos ha dicho,
una falta de acogida gratuita, un pequeño rechazo, el solo pensamiento de que
alguien no cuenta con nosotros... itodo esto nos hiere y nos indispone! El amor
propio ataca a estas heridas imaginarias, no sabemos salir de ellas, estamos
siempre metidos en ellas y ¿por qué? Porque estamos cautivos de esa pasión.
¿Qué es lo que nos hace cautivos? ¿Vivimos la libertad de los hijos de Dios? ¿O estamos atados a los bienes, a las
comodidades, a los honores?
Oh Salvador, nos habéis abierto la puerta
de la libertad, enseñadnos a encontrarla. Hacednos conocer la importancia de
esta sinceridad, haced que recurramos a vos para llegar a ella. Iluminadnos,
Salvador, para ver a qué cosas estamos atados, e introducidnos en la libertad
de los hijos de Dios.
San Vicente de Paúl
Sacerdote y párroco en París. Fundó la
Congregación de la Misión y también la Congregación de las Hijas de la Caridad
(1581-1660).
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