¿PUDO JUDAS
SALVARSE?
Judas había
expresado su arrepentimiento. He pecado
entregando sangre inocente. Pero el diablo, que había entendido estas
palabras, comprendió que Judas estaba en el buen camino y esta transformación
le asustó. Después reflexionó: “Su maestro es benevolente, en el momento que
fue traicionado por él, lloró por su suerte, sería extraño que no lo recibiera
cuando se arrepintiera con toda su alma y reconociera su culpa. ¿No fue
crucificado por esto?” Tras estas reflexiones, introdujo una profunda tristeza
en el corazón de Judas, y lo empujó a una inmensa desesperación, lo
desconcertó, y le acosó hasta que le empujó al suicidio para privarle de la
vida, después de despojarle de sus sentimientos de arrepentimiento.
No hay duda
de que, de haber estado aún vivo, se habría salvado: solo hay que ver el
ejemplo de los verdugos. En efecto, si Cristo ha salvado a los que le
crucificaron, si, incluso en la cruz, ruega al Padre e intercede por el perdón
de sus pecados ¿Cómo no habría acogido al traidor con una benevolencia total,
demostrada la sinceridad de su conversión? Pedro le negó tres veces después de
participar en la comunión de los santos misterios, y sus lágrimas le
absolvieron. Pablo, el perseguidor, el blasfemo, el presuntuoso que no solo
persiguió al Crucificado, sino a todos sus discípulos, se convirtió en apóstol
después de su conversión. Dios solo nos pide una ligera penitencia para
concedernos el perdón de nuestros pecados.
San JUAN
CRISOSTOMO.
(349 – 407)
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