Es motivo de asombro para los creyentes que los malvados prosperen,
mientras los siervos de Dios parecen fracasar. La Iglesia tiene un privilegio
especial que no posee ninguna otra religión, a saber, que habiendo sido fundada
desde la primera venida de Cristo, no desaparecerá hasta que él vuelva otra vez.
Mientras tanto, en cada generación, parece que sucumbe y que sus enemigos triunfan.
El combate entre la Iglesia y el mundo es así: parece que cada día el mundo le
gana terreno a la Iglesia, sin embargo, es la Iglesia la que en realidad se lo
gana al mundo.
En este momento, muchas cosas ponen nuestra fe a prueba. No vemos el futuro.
Y no es así. No vemos que lo que parece
tener éxito ahora no durará mucho tiempo. Hoy vemos filosofías, sectas y clanes
florecientes extenderse. La Iglesia parece pobre e impotente. Rogamos a Dios
para que nos instruya: necesitamos que nos enseñe, estamos ciegos. En una
ocasión, cuando las palabras de Cristo les había puesta a prueba, los apóstoles
le dijeron: Aumenta nuestra fe.
Veámoslo sinceramente: no nos conocemos; necesitamos su gracia. Cualquiera que
sea la perplejidad que el mundo nos inspira, vayamos a él con un espíritu puro
y sincero. Pidámosle humildemente que nos explique lo que no entendemos, que
abajemos nuestro corazón cuando se obstina, y que seamos capaces de amarle y
obedecerle lealmente cuando le buscamos.
Beato JOHN HENRY NEWMAN
(1801 -
1890)
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