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Los libros bíblicos tienen como tema
principal las relaciones de Israel con Yahvé, su fidelidad o su infidelidad a
la Palabra de Dios. La historia de la salvación nos presenta a Rut, una
muchacha que vivía en los campos de Moab. Hasta allí llega el matrimonio de
Elimelec y Noemí. Sus dos hijos tomaron mujeres moabitas: Orfá y Rut (cuyo
nombre en hebreo significa “la compañera”). Murió toda la familia, menos Noemí
y sus dos nueras. Entonces Noemí decide regresar a su tierra donde ya no hay
escasez. Ordá decide quedarse y Rut insiste a su suegra para que le permita
acompañarla. Noemí y Rut son modelos de suegra y nuera. La fidelidad de Rut a
su marido y su familia llega al extremo de abandonar su pueblo y sus dioses
para aceptar los de su esposo fallecido.
Rut acompaña a Noemí, la cuida con
generosidad y responsabilidad como si se tratase de su madre. Noemí también
cuida de Rut y diseña el matrimonio de Rut con su pariente Booz. Rut
obedeciendo a su suegra recibe satisfecha una nueva familia, un nuevo esposo.
Por eso Rut es recompensada por la fidelidad de Dios.: llegará a ser la abuela
del rey David.
La palabra fidelidad inquieta a muchos
porque requiere amor, respeto, perseverancia, lealtad, compromiso. Muchos
tienen experiencia de este valor en el noviazgo y en el matrimonio, así como en
la amistad. Muchos otros conocen el lado negativo: la infidelidad. En todo
ello, lo más importante es la relación con Dios porque solo a través de él se
puede ser fiel, puesto que siempre él es fiel.
Como Rut, ¿aceptamos al otro en una
donación total? ¿Somos verdaderamente fieles y perseverantes en nuestras
relaciones personales? ¿Experimentamos en nuestras vidas la renuncia que nos
lleva a la auténtica humildad y al amor reciproco? ¿Sabemos acompañar a quienes
más nos necesitan?
Pero… pero, en las sociedades modernas
se facilita la ruptura del matrimonio sin haber buscado otros medios para no
llegar a ello. Muchos cristianos solicitan el divorcio exprés, o tienen un
modelo de matrimonio “tan formal” que cada uno tiene su propio espacio
intocable que nada tiene que ver con los valores que constituyen la institución
familiar.
Dios permanece fiel desde siempre. En
los momentos difíciles, cuando la desesperanza es grande, llegamos a dudar de
la presencia de Dios en nuestras vidas. Él permanece fiel en nuestras pruebas y
no permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Viene en nuestro
auxilio para superar los obstáculos. Pero tenemos que pedírselo y saber
escuchar y dejarse llevar.
Xiskya VALLADARES.
Rut, la espigadora, se enamoró de Booz, un hombre muy rico, se casaron y tuvieron un hijo, Obed, el abuelo del rey David, ascendiente del Mesías. El libro de Rut es entretenido. No es nada especial; el argumento es sencillo; parece que tiene la finalidad de mostrar el árbol genealógico del Mesías; un libro costumbrista que pudiera ser un apéndice del libro de los Jueces.
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