El otro día, un periodista me hizo una curiosa pregunta:
“¿Incluso usted tiene que confesarse? –Sí, me confieso cada semana. “Entonces
Dios tiene que ser muy exigente si hasta usted tiene que confesarse.” – Seguro
que su hijo a veces se equivoca. Y ¿qué ocurre cuando viene y le dice : Papá, lo
siento?, ¿qué hace usted? Lo rodea con
sus brazos y lo besa. ¿Por qué? Pues porque esa es su manera de decirle que le
ama.
Dios hace lo mismo. Nos ama tiernamente. Por lo tanto,
cuando pecamos o cometemos un error, lo que debemos hacer es servirnos de eso
para acercarnos más a Dios. Digámosle humildemente : “Sé que no debería haber
hecho esto, pero incluso esta falta te la ofrezco”. Si hemos pecado o cometido
un error, digámosle : “lo siento, me arrepiento” Dios es un Padre que perdona.
Su clemencia es mayor que nuestros pecados. Él nos perdonará.
Beata Teresa DE CALCUTA.
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