un efecto inmediato: nos mueve a querer estar cerca de los demás, especialmente de los que sufren, de los abandonados, de los pobres.
En tercer lugar, en María encontramos un ideal. En el evangelio leemos la primera aparición de María. El aire de la escena, tan bien reflejado por algunos pintores como Fray Angélico, nos describe con toda sencillez la gran libertad de la Virgen. Sorprende la serenidad y, al mismo tiempo, el carácter total de su entrega. No es la espontaneidad de un movimiento reflejo, sino la decisión de un alma que quiere con todas sus fuerzas, pero con total naturalidad. No hay división en ella entre lo que es y la misión que se le encomienda. Lo que el ángel le propone corresponde totalmente a lo que ella es. Por ello, en la vida de María encontramos sufrimiento, pero nunca frustración. Ella va a pasar por la oscuridad de la fe, pero nunca se va a sentir descolocada. Es así porque ella quiere lo que Dios quiere y por eso se mueve siempre en esa armonía profunda
David AMADO FERNÁNDEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario