Quizá piensas que el camino que Dios muestra a Moisés es un camino fácil,
sin ninguna dificultad ni esfuerzo: no, es una subida, y una subida tortuosa.
No es un camino descendente el que conduce a las virtudes, se trata de una ascensión,
una angosta y difícil ascensión. Escucha al Señor cuando dice: el camino que conduce a la vida es estrecho
y angosto. El camino por el que marchan es, por tanto, una subida tortuosa.
Ello muestra que tanto en las obras como en la fe hay mucha dificultad y mucho
esfuerzo.
En efecto, a los que quieren obrar según Dios se les oponen muchas
tentaciones, muchos estorbos. Para el Faraón, el que sigue a Dios se equivoca,
porque el camino de la sabiduría es tortuoso. De este modo, confesar que hay un
solo Dios, y en la misma confesión afirmamos que el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo son un solo Dios, ¡cuan tortuoso e inextricable parece esto! Aun más,
cuando decimos que el Señor de la majestad fue crucificado y que el Hijo del
hombre ha bajado del cielo, ¡cuan tortuosas y difíciles parecen estas cosas! El
que las escucha, si no lo hace con fe, dice que quien lo afirma se equivoca;
pero tú mantente firme y no dudes de esta fe, sabiendo que Dios te muestra el
camino de esta misma fe.
ORÍGENES.
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