Queridos jóvenes: ¡Solo Cristo puede dar
la verdadera respuesta a todas vuestras dificultades! El mundo está necesitado
de vuestra respuesta personal a las palabras de vida del Maestro: Contigo hablo, levántate. Estamos viendo cómo Jesús sale al paso de
la humanidad, en las situaciones más difíciles y penosas. El milagro realizado
en casa de Jairo nos muestra su poder sobre el mal. Es el Señor de la vida, el
vencedor de la muerte... ¡Buscad a Cristo! ¡Mirad a Cristo! ¡Vivid en Cristo!
Este es mi mensaje: «Que Jesús sea la piedra angular, de vuestras vidas y de la nueva civilización que en solidaridad
generosa y compartida tenéis que construir. No puede haber auténtico
crecimiento humano en la paz y en la justicia, en la verdad y en la libertad,
si Cristo no se hace presente con su fuerza salvadora».
¿Qué significa construir vuestra vida en Cristo? Significa dejaros comprometer por su amor. Un amor que pide coherencia en el propio comportamiento, que exige acomodar la propia conducta a la doctrina y a los mandamientos de Jesucristo y de su Iglesia; un amor que llena nuestras vidas de una felicidad y de una paz que el mundo no puede dar, a pesar de que tanto la necesita. No tengáis miedo a las exigencias del amor de Cristo. Temed, por el contrario, la pusilanimidad, la
ligereza, la comodidad, el egoísmo; todo
aquello que quiera acallar la voz de Cristo que, dirigiéndose a cada una, a
cada uno, repite: Contigo
hablo, levántate.
Mirad
a Cristo con valentía, contemplando su vida a través de la lectura sosegada del
evangelio; tratándole con confianza en la intimidad de vuestra oración, en los
sacramentos, especialmente en la sagrada Eucaristía.
Si tratáis a Cristo, oiréis también vosotros en lo más íntimo del alma
los requerimientos del Señor, sus insinuaciones continuas. Jesús continúa
dirigiéndose a vosotros y repitiéndoos: Contigo hablo, levántate.
San Juan Pablo II
Primer popa polaco de la historia. Su
pontificado ha sido el tercero más largo de la historia (1920-2005).
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