He aquí lo que dice el amor lleno de confianza:
Entregarse de forma absoluta, incondicional e inalterable en manos de Dios, nuestro Padre, incluso cuando las cosas parecen condenadas al fracaso.
No considerar a nada ni a nadie, fuera de Dios, como amparo y auxilio.
Rechazar la duda y el
desánimo, abandonar todas nuestras angustias y nuestras preocupaciones en el
Señor, y continuar nuestro camino con plena libertad. Atrevernos a no tener miedo ante los obstáculos, sabiendo que nada es imposible para Dios.
Contar en todo momento con Dios, nuestro Padre del cielo, en un movimiento espontáneo de abandono, como el del niño, convencidos de nuestra nada y, al mismo tiempo, seguros, con todo el ardor del corazón, de la bondad paternal de Dios.
Santa Teresa de Calcuta
Fundadora de las Hermanas Misioneras de
la Caridad (1910-1997).
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