viernes, 18 de diciembre de 2015

0RAR ES SENCILLO.


 



Sólo con la oración mental y la lectura espiritual podemos cultivar el don de la oración. La simplicidad favorece enormemente la oración mental, es decir, olvidarse de sí mismo trascendiendo el cuerpo y los sentidos y haciendo frecuentes aspiraciones que alimentan nuestro oración. San Juan Marie Vianney dice: "para practicar la oración mental, cierra los ojos, cierra la boca y abre el corazón". En la oración vocal hablamos a Dios; en la oración mental, El nos habla a nosotros; se derrama sobre nosotros.

Nuestras oraciones deberían ser palabras ardientes que provinieran del horno de un corazón lleno de amor. En tus oraciones habla a Dios con gran reverencia y confianza. No te quedes remoloneando, no corras por delante; no grites, ni guardes silencio, ofrécele tu alabanza con toda tu alma y todo tu corazón, con devoción, con mucha dulzura, con natural simplicidad y sin afectación.

 

Beata TERESA DE CALCUTA.

 

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