viernes, 27 de diciembre de 2013

SAN JUAN EVANGELISTA.

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El Redentor no quiere que falte en el pesebre quien en vida le fue particularmente querido: el discípulo que amaba. Por eso su fiesta viene inmediatamente después del 25 de diciembre. Él se nos presenta como la imagen de la pureza virginal. Porque era puro, agradó al Señor. Él se apoyó sobre el pecho de Jesús y allí fue iniciado en los misterios del Corazón divino. Nadie ha contemplado tan profundamente los abismos escondidos de la vida divina como él. Por eso Juan proclama solemne y secretamente el misterio del eterno nacimiento del Verbo divino. Él experimentó las luchas del Señor tan de cerca como solo lo puede hacer un alma que ama esponsalmente. Cuidadosamente ha guardado y nos ha transmitido testimonios en los cuales el Redentor confesó su divinidad, frente a amigos y enemigos. Por él sabemos qué papel nos corresponde en la vida de Cristo y en la vida del Dios trinitario.
Juan, junto al pesebre, nos dice: “Mirad lo que se concede a quien se entrega a Dios con corazón puro. Estos participarán de la total e inagotable plenitud de la vida humana-divina de Cristo como recompensa real. Venid y bebed de la fuente de agua viva que el Salvador abre a los sedientos y que continúan manando en la vida eterna. La Palabra se hizo carne y está ante nosotros bajo la forma de un niño recién nacido.

Sta  TERESA-BENEDICTA DE LA CRUZ (Edith Stein).

1891 – 1942)

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LOS PASTORES.



Dice el Evangelio que los pastores estaban al raso, velando por turnos. En esa situación están envueltos por la gloria del cielo. Es como si se nos dijera que quien no se protege del cielo, quien no se siente amenazado por Dios, sino que permanece en la esperanza, puede conocerlo. Y también nos dice que él desea entrar en relación con el hombre. En la liturgia de la iglesia podemos sentir algo semejante, porque Dios sigue visitándonos. De manera especial lo reconocemos en el Gloria. Para introducirnos en ese misterio y tomar conciencia de ello, es preciso no protegerse ni poner obstáculos entre nuestra vida y el cielo.
Al mismo tiempo, aquellos hombres permanecían en vela. Tenían que custodiar el rebaño, pero no frente a las amenazas de lo alto, sino de las alimañas y los ladrones. También debemos cuidar nuestro corazón. Insisten los comentaristas en que los pastores son los primeros en conocer el nacimiento de Jesús precisamente porque están atentos. Hay muchísimas cosas que pueden distraernos de lo esencial. Sabemos que es fácil, incluso en estas fiestas tan señaladas, ocuparnos en muchas cosas y olvidar lo que celebramos. Por eso debemos oír de nuevo que un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre nos espera.
La señal era pequeña, pero el anuncio es una gran alegría porque nace el Mesías. Solo quien es profundamente conciente de que necesita ser salvado entiende el valor de un indicio por humilde que sea. Si queda alguna reticencia, debemos hacer como los pastores y animarnos los unos a los otros para ir a Belén, hacia Jesús que se acerca pequeño para que no le temamos y despertar el amor en nuestro corazón.
En la ciudad de Belén, los pastores encuentran también a María y a José. De ellos aprendieron a mirar a Jesús, y con ellos encontraron la paz y el saber como mirar a Jesús. Luego salieron a contar a los demás lo que han visto, prolongando el canto de los ángeles del cielo. Como también nosotros tenemos que comunicar a los demás nuestro encuentro.


David AMADO FERNÁNDEZ

martes, 24 de diciembre de 2013

"EL SEÑOR SALVA"

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María dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús. Así pues, el nombre de Jesús es el del hijo que, nacido de la Virgen y según la explicación del ángel, significa que él salvará a su pueblo de los pecados. Evidentemente también es él quien salvará de la destrucción del alma y del cuerpo, que son las secuelas del pecado.
En cuanto al nombre de Cristo, éste es el título de una dignidad sacerdotal y real. Porque en la Ley antigua a los sacerdotes y reyes se les llamaba “cristo” a causa de la crismación. Esta unción con aceite santa prefiguraba a aquel que, al venir al mundo como verdadero rey y sacerdote, ha sido ungido con aceite de júbilo entre todos sus compañeros. Por esta unción o crismación, a Cristo en persona y a los que participan de la misma unción, es decir, de la gracia espiritual, se les llama “cristianos”. Por el hecho de ser el Salvador, Cristo puede salvarnos de nuestros pecados; por el hecho de ser sacerdote, nos puede reconciliar con Dios Padre; por el hecho de ser rey, se digna darnos el reino eterno de su Padre.

San BEDA EL VENERABLE.

(673 – 735)

domingo, 22 de diciembre de 2013

ORACIÓN A MARÍA DE SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS.



Te amo 
cuando proclamas que eres la sierva del Señor                                                                                                                   
 a quien tú con tu humildad cautivas.
Está es la gran virtud que te hace tan potente
y a tu corazón lleva la Santa Trinidad.
María, tú lo sabes: como tú, a pesar de ser pequeña,
poseo y tengo en mí al Todopoderoso.
Mas no me asusta mi gran debilidad,
pues todos los tesoros de la madre
son también de la hija,
y yo soy hija tuya, Madre mía querida.
Tú me haces comprender que no me es imposible
caminar tras tus huellas, ¡oh Reina de los santos!
Nos hiciste visible el estrecho camino que va al cielo
con la constante práctica de virtudes humildes.
Al verte ir presurosa donde tu prima Isabel,
de tí aprendo, María, a practicar la caridad ardiente.
En casa de Isabel, escucho, de rodillas,
el cántico sagrado, ¡oh Reina de los Ángeles!
que de tu corazón brota exaltado.
Tus palabras de amor son las místicas rosas
que envolverán en su perfume vivo
a los siglos futuros.
En ti, el Omnipotente obró sus maravillas,
yo quiero meditarlas y bendecir a Dios.

Santa TERESA DEL NIÑO JESÚS

/1873 – 1897) 

jueves, 19 de diciembre de 2013

LA BIBLÍA.

La Biblia no nos habla de Dios a la manera de los otros libros, sino que en ella, Dios nos habla de sí mismo, lo cual es distinto. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son Palabra de Dios, palabra viva y vivificante. Existe ciertamente en la Biblia –además de la narración de hechos históricos- todo un sublime cuerpo de enseñanza; de ella se desprende una profunda filosofía, y todo un conjunto de principios éticos. Pero la presentación de todo ese tesoro de verdades se efectúa de modo concreto, vivo; porque está ligado a acontecimientos reales: intervenciones de Dios en la historia como los primeros capítulos del Génesis al narrarnos los orígenes del mundo y del hombre. Contienen una profunda enseñanza no solo de orden sobrenatural, sino también natural, como que Dios creó de la nada todos los seres; cuando leemos que Dios creó el cielo y la tierra, vemos inmediatamente que Dios es creador y trascendente al mundo; que el hombre es criatura de Dios.
La Biblia contiene lo más importante de la historia humana en orden a nuestra salvación. A través de esa historia, y como motor interno que lo impulsa, hay otra realidad, histórica también, menos perceptibles: los impulsos, fuerzas y sentimientos que Dios ha ido poniendo en los protagonistas de esa historia o en los autores sagrados que pusieron por escrito tales acontecimientos. Hay, pues, en el interior de esa historia humana como otra historia que hace Dios a través de nosotros los hombres a favor nuestro y con nuestra colaboración, o a pesar de nosotros. Fundamentalmente la Biblia es Historia de la salvación, o mejor dicho la historia de la salvación divina de los hombres. Y en el medio de ella se alza la clave para entender esa historia: la Muerte y Resurrección de Jesús. En efecto la Cruz es la gran explicación de esa historia: salvar al mundo. Es cumplimiento, realidad, aunque también en esperanza y en fe, hasta que llegue la consumación de los siglos.

Josemaría ESCRIVA DE BALAGUER.

domingo, 15 de diciembre de 2013

LA TENTACIÓN.


 

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Las tentaciones no deben asustarte; a través de ellas Dios quiere probar y fortificar tu alma, y Él te da, al mismo tiempo, la fuerza para vencerlas. Hasta aquí tu vida ha sido la de un niño; desde ahora el Señor quiere tratarte como adulto. Ahora bien, las pruebas de un adulto son muy superiores a las de un niño, y esto explica por qué tú, al principio, te turbas tanto. Pero la vida de tu alma pronto recuperará la tranquilidad. Ten un poco de paciencia, y todo irá mejorando.

Deja, pues, caer estas vanas aprensiones. Acuérdate de que no es la sugestión del Maligno la que hace la falta, sino más bien el consentimiento que se da a estas sugestiones. Solamente una voluntad libre es capaz del bien y del mal. Pero cuando la voluntad gime por el efecto de la prueba infligida por el Tentador y cuando ella no quiere lo que este le propone, no solamente no hay falta, sino que hay virtud.

Guárdate mucho de  caer en la agitación cuando luchas contre tus tentaciones, porque no haría sino fortificarlas. Es necesario tratarlas con desprecio y no ocuparte más de ellas. Vuelve tu pensamiento hacia Jesús crucificado, su cuerpo puesto en tus brazos, y di: “¡Esta es mi esperanza, la fuente de mi gozo! Me uno a Él con todo mi ser, y no te dejará hasta que no me hayas dado seguridad.

San PIO DE PIETRELCINA

miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA DISPONIBILIDAD.



Es este un aspecto fundamental en lo tocante a las relaciones de unos con otros, y con Dios. En cada encuentro con una persona, sea cual sea su duración, debemos transmitir la sensación de estar disponibles en ese momento al cien por cien, y de no tener ninguna preocupación ni otra cosa que hacer que estar con esa persona y vivir con ella lo que haya que vivir en ese instante, todo el tiempo que haga falta. Y no es una simple cuestión de cortesía, sino una verdadera disponibilidad de corazón. Esto es algo que cuesta mucho, porque tenemos un fuerte instinto de propiedad en lo relativo al tiempo, y el hecho de no poder dominarlo a nuestro antojo crea en nosotros cierta inseguridad. Pero el amor auténtico tiene este precio, si Jesús nos pide que no nos dejemos inquietar, lo hace lleno de compasión y ternura, y sobre todo con el fin de guardar la calidad de nuestra relación: un corazón habitado por la inquietud y la preocupación no se encuentra disponible para nadie y es incapaz de hacer de cada encuentro un momento de verdadera comunión del que el corazón salga contento. Los padres deben recordar que los niños pueden pasarse sin su presencia y sin reclamar constantemente su atención solo si disponen habitualmente de algunos momentos durante los cuales perciben que papá y mamá no tienen otra cosa que hacer que dedicarse a ellos.
Lo mismo si en lugar de confiar a Dios nuestras inquietudes nos dejamos devorar por ellas y no podemos dedicarle un tiempo, seremos incapaces de proporcionar calidad a nuestra presencia, incluso aunque hagamos muchas cosas en su nombre.

Jacques PHILIPPE.    

La libertad interior.



domingo, 8 de diciembre de 2013

LA CEGUERA DE LOS HOMBRES.


 “Cuando creé a Adán, le di el don de poderme ver

y por ese don establecerse en  la dignidad

de los ángeles…

Con sus ojos corporales veía todo lo que yo había creado

Pero también con los ojos de la inteligencia veía mi rostro,

Me veía a mí, que soy su Creador.

Contemplaba mi gloria

y conversaba conmigo en todo momento.

Pero cuando transgrediendo mi mandato, saboreó el árbol,

se volvió ciego,

y  cayó en la oscuridad de la muerte.

Pero me apiadé de él y vine de lo alto.

Yo, el absolutamente invisible,

compartí con él la opacidad de la carne.

recibiendo de la carne un principio,

llegué a ser hombre y fui visto por todos.

 

¿Por qué, pues, acepté hacer todo esto?

Porque la verdadera razón de haber creado a Adán es ésta:

Que me pudiera ver.

 

No podía soportar estar en la gloria divina

y abandonar a los que había creado con mis manos;

Por eso, me hice en todo semejante a los hombres,

corpóreo con los corpóreos

y me uní voluntariamente a ellos.

 

Ves cual es mi deseo de ser visto por los hombres…

¿Cómo puedes decir que me escondo de ti,

Que no me dejo ver?

En verdad yo brillo, pero tú no me miras.

 

San SIMÓN EL NUEVO TEÓLOGO

(Monje ortodoxo,  949 – 1022)

 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

ORACIÓN Y PALABRA.

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La oración es un dialogo en que lleva la iniciativa la Palabra de Dios y en el que previamente solo podemos ser oyentes. Lo decisivo es que escuchemos la palabra de Dios y encontremos en ella la respuesta a Dios. Su palabra es la verdad que nos ha sido revelada, mientras que en el hombre no hay ninguna verdad última, incuestionable; esto lo sabe el hombre que mira pensativo a Dios y se desnuda ante él. La palabra de Dios nos invita a comulgar juntos en la verdad.
La palabra de Dios es una escala arrojada desde lo alto de la borda para que nosotros, como náufragos a punto de ahogarnos, subamos a la nave salvadora. Es la alfombra que a nuestros pies se despliega para llevarnos al trono del Padre. Es la lámpara que brilla en la oscuridad del mundo que calla y recusa la respuesta, y a cuyo resplandor se amansan mortificantes enigmas y consiguen nuestra aquiescencia. La palabra de Dios es, finalmente Dios mismo, lo más vivo, lo más entrañable de su ser: su Hijo unigénito, de la misma naturaleza que él, enviado al mundo por él para redimirlo. Y así nos lo dice desde el cielo, dirigiéndose a la Palabra, que mora en la tierra: Este es mi Hijo amado, ¡escuchadle!.


Hans URS VON BALTHASAR

(1905 – 1988)

domingo, 1 de diciembre de 2013

LA ORACIÓN DE SAN PATRICIO.




San Patricio fue uno de los más grandes hombres de acción y de oración que ha visto el mundo,  -se parece mucho a San Pablo- . La mentalidad de S. Patricio se nos revela en su famosa oración, llena del espíritu de San Pablo, llena del espíritu de Cristo mismo:
“Cristo ante mí, Cristo detrás de mí, alrededor de mí, Cristo hoy dentro de mí y fuera de mí. Cristo, el humilde y el manso. Cristo el todopoderoso en el corazón de cada uno a quien hablo, en la boca de cada uno que me habla, en todos los que pasan cerca de mí o me ven o me oyen.” Y nos cuenta como oyó las palabras aquellas: “Aquel que entregó su vida por ti, está orando en ti”. En otra ocasión escribe: “Le vi. orando en mí”, y después de decir que era el Paráclito quien oraba dentro de él, recuerda la promesa de San Pablo de que el Espíritu Santo socorría a las flaquezas de nuestra oración. Aquí tenemos el secreto de la oración de San Patricio, el secreto de su vida interior y, de hecho, el éxito monumental de su vida activa, unión  con Dios en su propia alma, y servicio de Dios en el alma de su prójimo. No hay cristiano que no pueda imitar ese ejemplo.

Eugène BOYLAN.



LA LIBERTAD DEL HOMBRE.




Ahora, Israel, ¿Qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que temas al Señor, tu Dios, que sigas sus caminos y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo tu corazón con toda tu alma, que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy. ¡Al escuchar estas palabras deben enrojecer los que niegan que la salvación del hombre dependa de su libertad! ¿Acaso Dios podría pedir alguna cosa al hombre si éste no fuera capaz de responder a su petición? Porque el don de Dios existe, pero también debe existir la contribución del hombre. Por ejemplo, estaba en poder del hombre que una moneda de oro produjera otras diez o que produjera otras cinco; pero pertenece a Dios que el hombre posea esta moneda de ora con la cual ha podido ganar otras diez. Cuando el hombre ha presentado a Dios las otras diez monedas de oro ganadas por él, ese ha recibido un nuevo don: el poder y la realeza sobre diez ciudades.
Igualmente, Dios pidió a Abrahán que le ofreciera a su hijo Isaac. Abrahán sin dudar, ofreció a su hijo único: lo colocó sobre el altar y empuño el cuchillo para degollarlo; pero inmediatamente lo retuvo una voz y se le dio un carnero para inmolarlo en lugar de su hijo. Ya lo ves: lo que ofrecemos a Dios queda para nosotros; pero se nos pide la ofrenda a fin de que, presentándola, demos testimonio de nuestro amor y de nuestra fe en Él.

ORÍGENES.

(185 – 253)

jueves, 28 de noviembre de 2013

¿QUÉ PASARÁ AL FIN DEL MUNDO?

¿QUÉ PASARÁ AL FIN DEL MUNDO?

Nuestro Señor Jesucristo vendrá de los cielos en el fin del mundo, en el último día; porque este mundo tendrá un fin, y el mundo creado será renovado. Puesto que, efectivamente, la corrupción, el robo, el adulterio y las faltas de toda clase han llegado a toda la tierra, para que esta admirable morada no quede llena de injusticia, este mundo pasará y se inaugurará uno más bello.
Escucha lo que dice Isaías: se enrollan como un libro los cielos y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una hoja mustia de higuera. También el Evangelio dice: el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo. No nos aflijamos como si sólo tuviéramos que morir nosotros: también las estrellas morirán, pero quizás resuciten. El Señor enrollará los cielos, no para destruirlos, sino para resucitarlos aún más bellos. Escucha cómo habla el profeta David: al principio cimentaste la tierra, y el cielo es obra de tus manos: ellos perecerán, pero tú permaneces. Serán como un vestido que se muda. Escucha también lo que dice el Señor: el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán; es que el peso de las cosas creadas no se puede igualar con las palabras del Señor.

San CIRILO DE JERUSALÉN.

(315 – 386)  

miércoles, 20 de noviembre de 2013

NOÉ.

El sabio Noé, siguiendo la orden de Dios, se embarcó en el arca con sus hijos y sus mujeres. Gimiendo sin cesar, Noé oraba así: “No me hagas perecer con los pecadores, Salvador mío. Las nubes están preparadas, el cielo está revuelto. Los ángeles vienen a la vanguardia de tu cólera”. Dichas estas palabras, Dios cerró el arca y la selló, mientras su fiel exclamaba: “Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Redentor del universo”. El Juez, desde lo alto del cielo, da una orden: inmediatamente se abren las esclusas, se precipitan las lluvias, torrentes de agua y granizo de una parte a otra del mundo. Este fue el efecto de la cólera de Dios porque los humanos habían perseverado en su endurecimiento y no se  habían apresurado a suplicarle con fe: “Por el amor que nos tienes, salva a todos los hombres de la cólera, Salvador del universo”.
Seguidamente, el coro de los ángeles, viendo destruidos a los hombres carnales, gritaba: “¡Ahora los justos poseen toda la extensión de la tierra!”. Noé suelta la paloma y esta vuelve al atardecer con un ramo de olivo en el pico, que, simbólicamente, anuncia la misericordia de Dios. Entonces, Noé sale del arca como de su sepulcro. Han muerto la corrupción y la iniquidad; el hombre recto de corazón triunfa por su fe porque ha encontrado gracia.

ROMANO EL MELÓDICO.
(+560 )





lunes, 18 de noviembre de 2013

LA MEDITACIÓN

La verdadera razón por la cual no llegas a poder meditar es ésta ¡y no me equivoco! Comienzas la meditación agitado y lleno de ansiedad. Esto es suficiente para que no alcances nunca lo que buscas, porque tu espíritu no está concentrado sobre la verdad que meditas y no hay amor en tu corazón. Esta ansiedad es vana. No sacarás de ella más que un gran cansancio espiritual y una frialdad del alma, sobre todo a  nivel afectivo. Contra ello no conozco otro remedio que éste: salir de este estado de ansiedad. Éste es, en efecto, uno de los mayores obstáculos para la práctica religiosa y la vida de oración.
De ninguna manera quiero dispensarte de la meditación simplemente porque te parece que sacas ningún provecho de ella. A medida que vayas haciendo vacío en ti mismo, verás como te irás desprendiendo de este apego, y el Señor te hará el don de la oración que tiene guardado en su diestra.

San PÍO DE PIETRELCINA.

(1887 – 1968)     

miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA ALEGRÍA, UNA URGENCIA.



Somos muchos los que procuramos ayudar a una persona depresiva, marido, hijo, hermano, amiga o compañera de trabajo. Ese oscuro fenómeno, la depresión, cuyas causas parecen ser a la vez psíquicas y fisiológicas, desorienta. La tradición monástica identifica también como peligro mayor para la vida espiritual lo que llama “acedía”, la falta de aprecio por la oración y la vida espiritual, acompañada por un sentimiento de tedio y de tristeza. Etimologicamente, la palabra sugiere negligencia e indiferencia, luego esta falta de interés, de energía y de deseo que caracteriza a los depresivos.
Creyentes y no creyentes están igualmente impotentes frente a ese mal-estar, incluso si la fe anima algo la esperanza de los primeros. ¿Cómo volver a dar gusto y sabor a las ganas de vivir de una persona que da la espalda a todo? ¿Que todo aburre y abruma? Cuando se trata de una persona querida, hasta ahora bien viva y anímica, y que vemos de pronto depresiva y abatida por lo que parece una vida espiritual, uno se siente la más de las veces, impotente y capaz solamente – lo que ya es mucho – de estar a su lado perseverando en la oración.
En los casos más ligeros, podemos sin embargo preguntarnos si no tenemos una responsabilidad en ese abandono, esa tristeza. Los monjes condenaban la acedía como una aflicción culposa y su enseñanza se parece en alguna forma a la del Rabí Nahman de Bratislava, en el siglo XVIII que insistía sobre la lucha contra el abatimiento y la tristeza. Veía en la alegría una obligación espiritual urgente .
Sus exhortaciones a la alegría a pesar de todo lo llevaba a decir: “Hay que obligarse a la alegría”.  Esta enseñanza viene a recordarnos que a pesar de que todo es gracia, la persona debe también coger los acontecimientos y los vaivenes espirituales a brazo partido. ¿Jacob no tuvo que luchar contra Dios mismo?


Katell BERTHELOT. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

TENED ENCENDIDAS LAS LÁMPARAS.



¿Qué hay que hacer para vencer la debilidad del alma? Para ello hay dos medios: la oración y el desprendimiento de sí. El Señor Jesús nos recomienda velar. Es preciso velar si queremos que nuestro corazón sea puro, pero hay que hacerlo en paz para que nuestro corazón quede afectado. Porque puede estar afectado por cosas buenas y por cosas malas, interior o exteriormente.  Así pues es preciso velar.
Habitualmente, la inspiración de Dios es una gracia discreta; no debemos rechazarla; si nuestro corazón no está atento, la gracia se retira. La inspiración divina es muy precisa; igual que el escritor dirige su pluma, así la gracia de Dios dirige el alma. Intentemos, pues, llegar a un mayor recogimiento interior.
El Señor quiere que deseemos amarle. El alma que permanece en vela se da cuenta cuando cae y que, por sí sola, no puede evitar caer; por eso siente la necesidad de la oración. La suplica está fundada sobre la certeza de que, por nosotros mismos, nada podemos hacer, pero que Dios lo puede todo. La oración es necesaria para obtener luz y fuerza.

San MAXIMILIANO KOLBE.
(1894 – 1941)  


miércoles, 6 de noviembre de 2013

SABER INTERPRETAR EL TIEMPO PRESENTE.



EN el Evangelio, Jesús critica a aquellos que saben reconocer el aspecto del cielo (Lc.12,54-59), pero no han sido capaces de descubrir el tiempo en el que era urgente creer en el reino de los cielos. El mismo Señor Jesucristo comenzó así su predicación: Convertíos porque está cerca el reino de los cielos. Juan Bautista, su precursor, había comenzado de la misma manera: convertíos porque está cerca el reino de los cielos. Y ahora el Señor censura a los que no quieren convertirse a pesar de que el reino de los cielos está cerca.
Pertenece a Dios saber cuando vendrá el fin del mundo: sea cuando sea, ahora es el tiempo de la fe. Para  cada uno de nosotros el tiempo está cerca , porque somos mortales. Caminamos entre peligros. Si fuéramos de cristal, temeríamos menos. ¿Hay algo más frágil que un recipiente de cristal? Sin embargo , puede durar siglos: tememos que caiga , pero no le daña la vejez ni la fiebre. Somos, pues, más frágiles y más débiles, y esta fragilidad cada día nos hace temer todos los accidentes que constantemente acechan la vida de los hombres. El hombre evita las desgracias, ¿pero puede evitar la última hora? Evita lo que viene del exterior; ¿puede echar fuera de sí
 lo que lleva dentro de sí? A veces cualquier enfermedad lo asalta de repente. En fin, el hombre habrá podido ir salvando escollos toda su vida, pero cuando al fin llegue la vejez ya no habrá prórroga.

SAN AGUSTÍN 

jueves, 31 de octubre de 2013

TU ÁNGEL.



A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.  ¡Cuánto respeto hacia la presencia de tu ángel bueno debe infundirte esta palabra! ¡Cuanta confianza debe inspirarte puesto que Dios se preocupa de que seas custodiado! Pon particular atención a todo lo que haces, puesto que los ángeles están presentes en todas tus decisiones tal como Dios se lo ha mandado. En cualquier lugar que te halles, en cualquier rincón en que estés, ten siempre una gran devoción a tu buen ángel. ¿Dudarás de su presencia en todo lo que haces aunque no lo veas? ¡Cuánto respeto te infundiría si lo escucharas, si lo tocaras, si lo sintiera cerca de ti!
Sé conciente de que no solo es la vista la que te da certeza de la presencia de las cosas: no todo lo que está presente y corporal puede ser captado por la vista. ¡Cuánto más, pues, los seres espirituales están lejos de ser captados por nuestros sentidos y solo pueden ser buscados y encontrados a través de medios espirituales! Si preguntas a la fe ¿no te da la certeza de que tu buen ángel está siempre presente? Sí, la fe te da prueba de ello porque, según el apóstol, la fe es prueba y convicción de las realidades que no se ven. Ten por cierto que los buenos ángeles están siempre contigo. Están cerca de nosotros para protegernos y para servirnos.

S. BERNARDO.
(1090 – 1153).  


lunes, 28 de octubre de 2013

RESURRECCIÓN DE LA CARNE.



Resurrección de la carne quiere decir transformación salvadora de la vida. En efecto, “carne” significa ser en el cuerpo, ser en el mundo. La fe cristiana no afirma en absoluto que la materia, el cuerpo, el mundo, sea algo malo, y que la salvación consista en abandonarlo a la búsqueda de otra esfera “espiritual”, de otro mundo. Esta perspectiva es anticristiana, porque rechaza la obra de Dios en sus dos grandes momentos: la creación y la misión del Hijo eterno; no reconoce que Dios amó al mundo tanto que entregó a su Hijo, desde su encarnación hasta su glorificación, para salvar a los hombres.   
Así pues, posiciones cínicas o nihilistas, gnósticas o revolucionarias (este mundo y esta vida no valen nada), hay que negarlas en nombre de otro mundo y de otra vida, y quien no las niegue no sirve realmente a la renovación del mundo – son anticristianos.
Para el creyente, al contrario, es esta vida en el mundo, en el tiempo y en el trabajo, la que pude ser salvada, y gozar de verdadero sentido y plenitud. El cristiano no siente fobia, ni desprecio de la vida y del mundo. Es realista, sabe que “la figura de este mundo pasa”, (Cor 7, 31), pero que aun así es bueno, porque en él se puede vivir con sentido: con fe, esperanza y caridad. Ciertamente este principio de vida nueva no viene del mundo, pero sí de su Creador, está presente en la historia para siempre, habiéndose encarnado el Hijo de Dios.

Alfonso CARRASCO ROUCO.
Obispo de Lugo.


jueves, 24 de octubre de 2013

OBTENER FRUTOS DE LAS FALTAS AJENAS. EL PECADO DE LOS DEMÁS NO ME QUITA NADA.

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 ..................Por lo que se refiere a las faltas e imperfecciones de nuestro prójimo, es bueno considerar – al igual que ocurre con las demás contrariedades – que en el mal, no solo hay mal. La conducta cuestionable de quienes nos rodean y que constituye para nosotros un motivo de sufrimiento, no es totalmente negativa, sino que ofrece ciertos beneficios.
Estos defectos nos ayudan también a no esperar del prójimo la felicidad, la plenitud o la realización que solo podemos encontrar en Dios quien nos invita a “enraizarnos” en Él.  A veces es tras una decepción en la relación  con alguien  de quien esperamos mucho (seguramente demasiado) como aprendemos a profundizar en la oración y en la intimidad con Dios, a esperar de Él esa plenitud, esa paz y esa seguridad que únicamente su amor infinito puede garantizarnos. Cuando los demás nos hacen pasar de un amor “idolatra” (un amor que espera demasiado) a un amor realista, libre y, por lo tanto, finalmente dichoso. El amor romántico siempre se verá amenazada por las decepciones: la caridad jamás, porque no busca su propio interés. (Pablo, 1 Cor.13, 5).

Jacques PHILIPPE.


EL PECADO DE LOS DEMÁS NO ME QUITA NADA.

En lugar de perder el tiempo y desperdiciar energías acusando a los demás de lo que no marcha bien en nuestra vida, o reprochándole lo que consideramos que nos quitan, es preciso esforzarse en adquirir una autonomía espiritual, profundizando en la relación personal con Dios, fuente única e inagotable de todo bien, y creciendo en la fe, la esperanza y el amor desinteresado. Debemos convencernos de una vez por todas de que el hecho de que los demás sean pecadores, a mí no me impide convertirme en santo; que nadie me priva de nada y que, al atardecer de mi vida, cuando me encuentre cara a cara con Dios (que nunca permitirá que carezca de todo lo necesario para avanzar espiritualmente y humanamente), no cometeré la niñería de acusar a los demás de mi falta de progreso espiritual.

Jacques PHILIPPE




domingo, 20 de octubre de 2013

LOS EVANGELIOS.



Dice el prólogo de S. Lucas: “muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros”. En otro tiempo, entre los judíos, muchos pretendían tener el don de profecía, pero algunos eran falsos profetas. Igualmente ha ocurrido en tiempo del Nuevo Testamento, en que muchos “han intentado” escribir unos evangelios, pero no todos han sido aceptados. Estas palabras “han intentado” contienen una escondida acusación contra los que sin poseer la gracia del Espíritu Santo, se han lanzado a la redacción de evangelios. Mateo, Marcos, Lucas y Juan no “han intentado” escribir, sino que son ellos los que, llenos del Espíritu Santo, han escrito los verdaderos evangelios.

La Iglesia posee, pues, cuatro evangelios; los herejes tienen gran cantidad de ellos. “Muchos han intentado escribir”, pero solamente cuatro evangelios han sido aprobados; y de éstos debemos sacar para ponerlos a la luz, lo que hay que creer de la persona de nuestro Señor y Salvador. Sé que existe un evangelio que llaman “según Tomás” otro “según Matías” y todavía leemos algunos otros para no dar la impresión de ser ignorantes, frente a los que se imaginan que saben alguna cosa cuando conocen estos textos. Pero en todo ello no aprobamos más que lo que aprueba la Iglesia; solo se deben admitir cuatro evangelios.

 

ORIGENES

(185 – 253).

 

jueves, 17 de octubre de 2013

JOSE, LA FE DEL PADRE.




De él sabemos más bien poco. Solo lo esencial: ha sido el padre adoptivo de Jesús. Comprendió la grandeza de los designios de Dios por ese niño que esperaba María, su prometida. Cogió a María por esposa y aceptó ser padre del Mesía. Sencillamente.
De él, no se sabe casi nada, y sin embargo, José es el que, aparte de María,  ha permitido que todo se posibilite y tome forma. Por él se cumplieron las Escrituras que querían que el Mesías sea de la estirpe de David. Es bajo la mirada de un José silencioso que madura la palabra de vida y de luz de Cristo. Es porque él asume plenamente su misión y su responsabilidad de padre  adoptivo, porque está vigilante, se compromete y escoge amar a Jesús como su hijo, que hace la voluntad de Dios. Y, dócil y feliz por servir a su Dios cumpliendo con su papel lo mejor que sabe y puede, él nos indica el camino que no es otro más que el de la santidad.
¿Cómo no vamos a asociar san José a ese mes de cierre del Año de la Fe, iniciado por Benedicto XVI hace un año? Después del “SI” de María, José ha sido el primero en cumplir este acto de fe magnífico. Ha escogido confiar. Treinta años antes de la entrada en la vida pública de Jesús, su padre ha aceptado resueltamente dejarse conducir por ese ser desvalido nacido en paja. En la tierra como en el cielo.
No se sabe cuando murió José. Se piensa que murió antes de la manifestación pública de Jesús. Gusta pensar en esos años pasados con María y Jesús. Las noches cortas de los primeros meses, los primeros pasos agarrados a su mano, las primeras herramientas para aprender el oficio, los primeros éxitos, los amigos, los enfados, las risas locas, las comidas juntos, la oración en casa y en la sinagoga, las fiestas religiosas juntos…
José, el Fiel, el Justo, el Silencioso, el Instrumento de Dios, es el mayor santo de todos los tiempos, después de María. Y, es esa sencillez, fruto de su confianza y abandono, el sentido de la responsabilidad y el compromiso al servicio del otro, la perseverancia y la humildad, que deben ayudarnos a crecer. Por lo menos, podemos empezar a poner nuestros pasos en los de José. José no está nunca lejos de Jesús y María.


Jean-Baptiste DE FOMBELLE

domingo, 13 de octubre de 2013

LA AMISTAD.


Amad a todo el mundo con un amor grande de caridad, pero no tengáis trato de amistad más que con los que podéis intercambiar cosas buenas. Si intercambiáis en el terreno del conocimiento, ciertamente que vuestra amistad es laudable; más aún si compartís con ellos en el terreno de la prudencia, de la discreción, de la fuerza y de la justicia. Pero si vuestra relación está fundada sobre la caridad, la devoción y la perfección cristiana, ¡Dios mío, Qué preciosa será vuestra amistad! Será excelente porque viene de Dios, excelente porque tiende a Dios, excelente porque Dios es su lazo de unión, porque durará eternamente en Dios. ¡Qué bueno es amar sobre la tierra como se ama en el cielo, aprender a amarse en este mundo como se ama en el cielo, aprender a amarse en este mundo tal como lo haremos eternamente en el otro!

Yo no hablo aquí del simple amor de caridad, porque éste se debe a todos los hombres; hablo de la amistad espiritual mediante la cual dos o tres, o muchos, comulgan en la vida espiritual y se hacen un solo espíritu entre ellos. Con todo derecho, estas almas dichosas pueden cantar: ¡Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos! Me parece que todas las demás amistades no son otra cosa que la sombra de ésta. Para los cristianos que viven en el mundo es necesario que se ayuden unos a otros con santas amistades; mediante ellas, se ayudan, se sostienen, se acompañan mutuamente hacia el bien. Nadie podrá negar que nuestro Señor haya amado con una amistad del todo dulce y del todo especial a san Juan, a Lázaro, a Marta y a Magdalena, porque la Escritura da testimonio de ello.

 

S. FRANCISCO DE SALES.

(1567 – 1622).

jueves, 10 de octubre de 2013

NUESTRA COMPLICIDAD REFUERZA EL MAL.



Tenemos que aprender a detectar el mal especialmente en el terreno de la palabra.
Cuando nos fijamos demasiado en lo que no marcha bien, cuando lo convertimos en el tema preferido de nuestras conversaciones, cuando nos quejamos de los problemas, nuestros o de la sociedad, acabamos proporcionando  al mal más consistencia de la que en realidad posee. A veces nuestra manera de deplorar el mal solo logra reforzarlo. He oído decir a alguien “No me voy a pasar la vida denunciando al pecado: sería hacerle demasiado honor. Prefiero alentar el bien antes que condenar el mal.” Creo que se equivoca. No se trata de condenar al que hace el mal, sino al mal mismo. La postura que recomendamos no es la del avestruz que se niega a ver la realidad, ni la de impedir que se actué, sino ese optimismo propio de la caridad y del amor desinteresado que permite movilizar todas nuestras energía hacia el bien. Tenemos que volver a leer Pablo en:   
1 Co 13, 5-7.
Es grave la perversa satisfacción que se apodera de nosotros al detectar y poner en evidencia el mal con el propósito de justificar nuestros rencores y amarguras; lo cual representa una cómoda manera de descargarlos sobre cuántos nos rodean, cuando en realidad su origen se encuentra en el vacío espiritual que anida en el hombre y en la insatisfacción que genera. ¿Será tan grande el vacío interior que tienen que fabricar enemigos para existir?

Jacques PHILIPPE

sábado, 5 de octubre de 2013

RECONOCER A CRISTO POBRE.


¿Deseas honrar el Cuerpo de Cristo? No lo desprecies cuando lo contemplas desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frio y desnudez. Porque el mismo que ha dicho: ·Eso es mi cuerpo, afirmó también, tuve hambre y no me diste de comer y siempre que dejasteis de hacerlo a uno de esos pequeñuelos, a mí en persona lo dejasteis de hacer. Dios no tiene necesidad de vasos de oro, sino de alma semejantes al oro.

No os digo esto con el fin de prohibir la entrega de dones preciosos para los templos, pero sí que quiero afirmar que, junto con estos dones e incluso por encima de ellos, debe pensarse en la caridad para con los pobres. ¿De qué serviría adornar la mesa de Cristo con vasos  de oro, si el mismo Cristo muere de hambre? Piensa pues, que esto es lo que haces con Cristo cuando lo contemplas errante y peregrino y sin techo y, sin recibirle, te dedicas a adornar el pavimento, las paredes y las columnas del templo; con cadenas de plata sujetas lámparas, y te niegas a visitarlo cuando él está encadenado en la cárcel. Con esto que te digo no pretendo impedirte hacer tales dones, sino que te exhorto a acompañar, o mejor, a preceder esos actos por obras a favor de tu hermano. Por tanto, al adornar el templo, procura no despreciar al hermano necesitado, porque este templo en mucho más precioso que aquel otro.

 

S. JUAN CRISOSTOMO

(349 – 407).

 

viernes, 27 de septiembre de 2013

MI CITA DE LA MAÑANA.


 Cada mañana sales al balcón

Y oteas el horizonte

Por ver si vuelvo.

 

Cada mañana bajas saltando las escaleras

Y echas a correr por el campo

Cuando me adivinas a lo lejos.

 

Cada mañana me cortas la palabra

Y te abalanzas sobre mí:

Me rodeas con un abrazo redondo

El cuerpo entero.

 

Cada mañana contratas la banda de músicos

Y organizas una fiesta para mí

Por el ancho mundo.

 

Cada mañana me dices al oído

Con voz de primavera:

Hoy puedes empezar de cero.

 

Patxi LOIDI

 

domingo, 22 de septiembre de 2013

JUDÍO, ISRAELITA, SIONISMO, HEBREO.


 

JUDÍO, ISRAELITA, HEBREO, SIONISTA.

 

El término       JUDÍO   tiene dos aspectos. Nació del gentilicio que usaron los persas y los naturales del territorio de Judá y tomó después un sentido religioso, así que también es válido para designar a cualquier miembro de religión judía. E incluso tiene un matiz nacionalista: en Israel hay quien no cree en nada en absoluto, y quien cree solo en la religión, pero ambos se sienten judíos. La definición oficial se limita a afirmar que judío es todo aquel que nace de vientre judío.

En cuanto al término  ISRAELITA, es el que define al pueblo de Israel. Se suele utilizar para aludir a los tiempos bíblicos, mientras que para designar al ciudadano de Israel actual se utiliza el gentilicio Israelí. No es una ley gramatical, pero sí una distinción útil.

Por su parte, el  SIONISMO  es un corriente de pensamiento que nace en la Alemania del siglo XIX con Thomas Herzl. Su propósito es reconstruir el Estado de Israel utilizando la influencia y el dinero de los judíos de todo el mundo. Es una teoría que se hace praxis: empiezan a recoger dinero y a comprar terreno en Israel bajo el imperio británico, lo que hubiera sido imposible durante el imperio otomano. A partir de 1918 adquieren tierras que fueron el punto de partida de lo que podríamos llamar posesiones del Estado. Luego aparece otra  corriente que, acogiendo el sionismo como ideología  para establecerse en Israel, lo tiñe de socialismo. Son los judíos que llegan durante el mandato británico y fundan las primeras granjas colectivas. Finalmente el sionismo se convierte en ideología.

El apelativo  HEBREO   lo utilizan los extranjeros en la Biblia para designar a los israelitas por el hecho de que hablan hebreo, un idioma semítico, primo del arameo, del siríaco y del árabe. Con el tiempo se convirtió en una lengua sacra, algo semejante al latín para nosotros. No había desaparecido, pero no era una lengua viva. Cuando se crea el estado de Israel, uno de sus problemas es la babel idiomática de los pioneros que llegan de 50 o 60 naciones distintas. Se logró la unidad restaurándolo en una labor extraordinaria. A los que fueron después se les sumergió en el hebreo, lo que constituyó un aglutinante poderoso.

 

José Manuel SANCHEZ CARO.

Director del Instituto Español Bíblico de Jerusalén.

 

 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA COMPASIÓN.


No intentes distinguir al que es digno del que no lo es. Que todos  los hombres sean iguales ante tus ojos para amarlos y servirlos. Que la compasión venza siempre en tu balanza hasta el momento en que sientas en ti la compasión que Dios siente hacia el mundo. ¿Cuándo reconoce el hombre que su corazón ha alcanzado la pureza? Cuando considera buenos a todos los hombres sin que ninguno la parezca impuro o manchado. Verdaderamente es entonces cuando es puro de corazón.
Y ¿Qué es la pureza? En pocas palabras: es la compasión del corazón hacia el universo entero. Y ¿Qué es la compasión del corazón?  Es la llama que arde por toda la creación, por todos los hombres, por todos los animales, por todos los demonios, por todo ser creado. Cuando piensa en ellos o cuando los mira, el hombre siente que sus ojos se llenan de lágrimas por una profunda e intensa piedad que le oprime el corazón y que le hace incapaz de tolerar, de oír, de ver el más mínimo error o la menor aflicción soportada por una criatura. Por eso, la oración acompañada de lágrimas se extiende a todas horas tanto hacia los seres desprovistos de palabra, como sobre los enemigos de la verdad, o sobre los que le perjudican, para que todos ellos sean guardados y purificados. Una compasión inmensa y sin medida nace en el corazón del hombre a semejanza del de Dios.

S. ISAAC DE SIRIA.

(640 – 700) 

sábado, 14 de septiembre de 2013

LA FAMILIA EN LA PRIMERA ALIANZA.


 

 

La familia – la tribu, el clan – constituía la identidad primordial de un hombre o una mujer. Dictaba donde debían vivir, como tenían que trabajar y con quien tenían que casarse. La unidad de la familia era el vínculo de la alianza con todos sus derechos, deberes y lealtades. En el vocabulario, el miembro superior recibía el nombre de “padre”, su inferior el de “hijo”, y los miembros semejantes el de “hermanos”.

Cada una de esas amplías familias constituía una unidad económica. La palabra “economía” procede de la griega oikonomía que significa “ley de la casa”. El puesto del mercado, con sus compras y sus ventas, era un asunto familiar; la profesión de un hombre no era tanto el resultado de una elección personal, sino que obedecía a las necesidades familiares.

Cada una de esas amplías familias era una unidad militar. La familia miraba por sí misma y estaba preparada para defender a su gente, su tierra y su negocio. Si un miembro estaba cautivo, la familia enviaba a un pariente – redentor – en hebreo:" go ‘ el", para rescatar a la víctima o vengar el crimen.

Cada una de esas amplías familias era una unidad religiosa. Toda la familia estaba unida en la profesión de la religión y en la práctica de los sacrificios. Los padres representaban el papel sacerdotal, ofrecían el sacrificio por su familia y transmitían el oficio a sus hijos primogénitos.

Cada una de esas amplías familias estaba gobernada por tribunales propios. La familia solía decidir sobre sus disputas internas y juzgaba los delitos cometidos por sus miembros, contra sus miembros o en sus tierras. Los más ancianos de la tribu ejercían de jueces.

 

Scott HAHN

 

 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

APRENDIZAJE DEL AMOR A SÍ MISMO.



El gran secreto de toda fecundidad y crecimiento espiritual es aprender a dejar hacer a Dios: Sin mí no podéis hacer nada. Así, una de las condiciones más necesarias para permitir que la gracia de Dios obre en nuestra vida es decir “Sí” a lo que somos y a nuestras circunstancias.
Dios es realista. Su gracia no actúa en lo imaginario, lo ideal o lo soñado, sino sobre lo real y lo concreto de nuestra existencia. La persona a la que Dios ama con cariño de un Padre no es la que a mí me gustaría ser. Es sencillamente “la que soy”. Dios no ama personas virtuales. A Él no le interesa santos de pasta flora, sino nosotros, pecadores como somos. A veces perdemos tontamente el tiempo quejándonos de no ser de tal o cual manera, por tener tal defecto o limitación. Pero lo que a menudo, impide la acción de la gracia en nuestra vida no son tanto nuestros pecados como esa falta de aceptación de nuestra debilidad. Para “liberar” la gracia en nuestra vida y permitir esas transformaciones, bastaría decir un “sí” a esos rechazos interiores. Admitirlos. Si no admito tal falta o debilidad o haber caído en este o aquel pecado, sin darme cuenta hago estéril la acción del Espíritu Santo. Éste influye en mí en la medida en que lo acepte. Y si no me acepto como soy, impido que el Espíritu Santo me haga mejor.

Jacques PHILIPPE
La libertad interior.


domingo, 8 de septiembre de 2013

NIUNGÚN PECADO ES UNA ISLA.


 

Todo pecado es personal. En algún lugar alguien comete este o aquel pecado concreto, tanto si es mortal como si es venial. Pero ningún pecado es una isla. Los pecados engendran otros pecados, no solo en el pecador, sino también en los demás. Cuando pecamos, cambiamos el ambiente moral, quizá imperceptiblemente al principio, pero nuestras faltas ruedan con las pequeñas faltas de muchas otras personas creando una especie de efecto bola de nieve moral. El pecado pequeño de una persona puede dar permiso tácito para pecados ligeramente más serios de un testigo, y este proceso de igual degradación continúa… hasta que alguien decide el momento de dar marcha atrás.

Todo pecado tiene una dimensión social. Además tenemos una responsabilidad en los pecados de los demás cuando cooperamos con ellos:

-          participando directa y voluntariamente:

-          ordenándolos, aconsejándolos, alabándolos o aprobándolos (incluso sonriendo)

-          no revelándolos, ni impidiéndolos cuando se tiene obligación de hacerlo.

-          Protegiendo a los que hacen el mal.

San Ambrosio escribió: “Tendremos que dar cuenta de cada palabra ociosa, pero también de cada silencio ocioso.”

Los pecados que confesamos son personales y reales. Los míos son míos. Los tuyos son tuyos. Cada uno es responsable de ellos. Pero no solo hay pecados que nos afectan y debilitan. Como vivimos en sociedad, como vivimos en familia, no podemos evitar la influencia de los pecados de los otros. Aunque cada pecado tiene exactamente un padre, todos tienen una genealogía común. En cierto sentido, todos descienden del pecado original.

 

Scott HAHN

jueves, 5 de septiembre de 2013

LA TENTACIÓN.



Las tentaciones no deben asustarte; a través de ellas Dios quiere probar y fortificar tu alma, y Él te da, al mismo tiempo, la fuerza para vencerlas. Hasta aquí tu vida ha sido la de un niño; desde ahora el Señor quiere tratarte como adulto. Ahora bien, las pruebas de un adulto son muy superiores a las de un niño, y esto explica por qué tú, al principio, te turbas tanto. Pero la vida de tu alma pronto recuperará la tranquilidad. Ten un poco de paciencia, y todo irá mejorando.
Deja, pues, caer estas vanas aprensiones. Acuérdate de que no es la sugestión del Maligno la que hace la falta, sino más bien el consentimiento que se da a estas sugestiones. Solamente una voluntad libre es capaz del bien y del mal. Pero cuando la voluntad gime por el efecto de la prueba infligida por el Tentador y cuando ella no quiere lo que este le propone, no solamente no hay falta, sino que hay virtud.
Guárdate mucho de  caer en la agitación cuando luchas contre tus tentaciones, porque este no haría sino fortificarlas. Es necesario tratarlas con desprecio y no ocuparte más de ellas. Vuelve tu pensamiento hacia Jesús crucificado, su cuerpo puesto en tus brazos, y di: “¡Esta es mi esperanza, la fuente de mi gozo! Me uno a Él con todo mi ser, y no te dejará hasta que no me hayas dado seguridad.


San PIO DE PIETRELCINA    

domingo, 1 de septiembre de 2013

TU NOMBRE.


 

“El nombre indica la esencia, el meollo de la persona; si la persona se distingue, se condensa y empieza a ser, es en virtud del nombre. El nombre atrae sobre el que lo lleva la protección y una gracia particular del cielo; lo reviste de la imagen guardiana y rectora de los santos y los grandes que lo llevaron antes; le traza un destino; es como una plegaria y una evocación perpetua que surge desde el corazón de la tierra.” (Lanza del Vasto).

Alude este autor a la costumbre tan cristiana de imponer nombres de santos a los que van a recibir el bautismo. La descristianización actual de esto que llamamos Occidente se debe a muchas causas; una de ellas, aunque mínima, ¿No habrá sido la invasora moda pagana de poner nombres no cristianos a los bebés en el bautismo? Se llamará, qué sé yo, Messi o Elfo el niño, Anduriña o Rolindy la niña, o les pondrán nombres exóticos que parecen música, pero no dicen nada.

Actualmente, nos cuesta entender que el nombre propio pueda expresar la individualidad de un ser. Y sin embargo, ¿No nos ocurre que a saber el nombre de una persona desconocida, reaccionemos para algunas de ellas,  diciendo que “no le pega el nombre”?

Dios comenzó su obra creadora poniendo nombres: luz, noche, sol, luna, hierba, mar… y al llamar a las criaturas hizo venir a la existencia lo que no existía (Rom 4, 17) en cierto sentido la creación quedó realizada plenamente cuando cada criatura tuvo un nombre.

 

Manuel IGLESIAS GONZALEZ  S.J.

 

miércoles, 28 de agosto de 2013

ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN.


 

Oh Dios, alejarse de ti, es caer.

Volver a ti, es resurgir.

Permanecer en ti es construir sólidamente.

Oh Dios, salir de ti es morir, encaminarse a ti es revivir.

Habitar en ti, es vivir.

Siento que debo volver a ti.

Llamo para que se abra tu puerta. Enseñame cómo puedo llegar hasta ti.

Solo sé que se deben despreciar las cosas caducas y pasajeras.

Que se deben buscar las eternas, pero ignoro de donde hay que partir para llegar a ti.

Sugiéremelo tú, muéstrame tu camino y dame lo necesario para el viaje.

Si con la fe te encuentran y vuelven a ti, dame la fe.

Si con la virtud, concédeme la virtud.

Si con el saber, dame el saber.

Auméntame la fe, auméntame la esperanza.

Auméntame la caridad, oh Bondad única y admirable

Amen.

 

SAN AGUSTÍN

 

 

martes, 27 de agosto de 2013

EL LIBRE ARBITRIO.



 

Dios incita al hombre a que se levante del pecado. Cuanto antes reconoce el hombre su miseria, antes también se humilla y se abandona a Dios sabiendo que es a Dios a quien pertenece hacer en él esta obra de conversión. Poco a poco, por las inspiraciones que Dios le manda, toma conciencia de ello, y viendo la obra y la ganancia que saca de ello, se dice a sí mismo: “Verdaderamente parece que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de mí. ¡Qué suaves y llenas de amor son las obras de Dios en nosotros!”.

Servir a Dios en esta vida es, verdaderamente, reinar. Cuando Dios libera al hombre del pecado que lo esclaviza, lo saca de toda esclavitud y lo establece en la verdadera libertad. De no ser así, el hombre va siempre de deseo en deseo sin pacificarse jamás; cuanto más tiene, más quisiera tener: buscando satisfacerse, nunca está contento. En efecto, cualquiera que tiene un deseo está poseído por él. Buscando su libertad, siguiendo sus apetitos ofendiendo a Dios, se hace esclavo de ellos para siempre. Considera pues, la fuerza y el poder de nuestro libre arbitrio que encierra en sí dos cosas opuestas y tan contraria la una de la otra: la vida o la muerte eternas. Si no quieres, no puedes ser violentado por ninguna criatura por esto, mientras está en tu poder, reflexiona bien y vigila lo que haces.

 

Sta. CATALINA DE GENOVA.

domingo, 25 de agosto de 2013

EL RENCOR.


 

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"CON LA MEDIDA QUE MIDAÍS, SEREÍS MEDIDOS VOSOTROS."

Una interpretación superficial  sería la siguiente: Dios recompensará con largueza a los que son generosos en el amor y el perdón, parcamente a aquellos cuya actitud hacia el prójimo es mezquina. Este versículo posee sin embargo un significado más profundo que el del castigo o la recompensa dictados por Dios de acuerdo con nuestra conducta. De hecho, no es Dios quien castiga, sino el hombre el que se castiga a sí mismo (como en el juicio final).  El versículo se limita a enunciar una “ley” inherente a la existencia humana: quien se niega a perdonar, quien se niega a amar, antes o después acabará siendo víctima de su falta de amor. El mal que hacemos o el que queremos para los demás siempre se vuelve contra nosotros. Quien adopta una actitud de estrechez de corazón hacia el prójimo padecerá esa misma estrechez. Al reducir al otro a un juicio, un desprecio, un rechazo o un rencor, me envuelvo en una red que terminará por ahogarme. Mis aspiraciones más profundas – al absoluto, al infinito – tropezarán con barreras infranqueables y nunca se verán realizadas. Mi falta de misericordia hacía los demás me condena a un mundo estrecho, un mundo asfixiante de cálculos, intereses y cábalas. Basta un mínimo de lucidez y realismo para constatar esta ley y su implacabilidad: no saldrás de allí hasta que devuelvas el último céntimo. (Mt 5, 26).

 

Jacques PHILIPPE

 

viernes, 23 de agosto de 2013

ORACIÓN DE CARLOS DE FOUCAULD.


Dichoso el hombre que medita la Ley día y noche. Será como un árbol plantado cerca de la corriente, que da fruto a su debido tiempo.

Dios mío, tú me dices que seré dichoso, dichoso con verdadera felicidad, dichoso el último día; que a pesar de ser tan miserable, soy como una palmera plantada al borde de las aguas vivas, de las aguas vivas de la voluntad divina, del amor divino, de la divina gracia, y que daré fruto a su debido tiempo. Dígnate consolarme, me siento sin fruto, me siento sin obras buenas, me digo: “Me convertí hace once años, y ¿Qué he hecho? ¿Cuáles son las obras de los santos y cuales son las mías? Veo mis manos totalmente vacías de bien.”

Te dignas consolarme: “Tú darás fruto a su debido tiempo” me dices… ¿Cuál es ese tiempo? El tiempo de todos es la hora del juicio: si persisto en la buena voluntad y la lucha, a pesar de verme tan pobre, ¿permitirás que dé frutos en aquella última hora? 

 

BEATO CARLOS DE FOUCAULD

1858-1918.

martes, 20 de agosto de 2013

AYÚDAME, SEÑOR.


 

 
Ayúdame, Señor, para que mis ojos sean misericordiosos, para que no sospeche jamás ni juzgue según las apariencias exteriores, sino que sepa ver la belleza en el alma de mi prójimo y le ayude.

Ayúdame, Señor, a que mis oídos sean misericordiosos y me interese por las necesidades de mi prójimo y no me quede indiferente antes sus dolores y sus quejas.

Ayúdame, Señor, para que mi lengua sea misericordiosa, para que jamás hable mal de mi prójimo, sino que tenga para cada uno una palabra de consuelo y de perdón.

Ayúdame, Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas acciones para que sepa hacer el bien a mi prójimo y sepa escoger para mí los trabajos más pesados y más desagradables.

Ayúdame, Señor, para que mis pies sean misericordiosos, para que me apresure a socorrer a m prójimo dominando mi propia fatiga y mi pereza. Que mi verdadero descanso sea servir a mi prójimo.

Ayúdame, Señor, a que mi corazón sea misericordioso y así sienta en mí todos los sufrimientos de mi prójimo. Mi corazón no rechazará a nadie. Iré frecuentemente al encuentro de los que sé que van a abusar de mi bondad, yo me encerraré en el Corazón misericordioso de Jesús. callaré mis propios sufrimientos.

 Que tu misericordia descanse en mí, Señor mío, Oh Jesús mío, transfórmame en ti, tú que todo lo puedes.

 

Beata FAUSTINA KOWALSKA.