martes, 27 de agosto de 2013

EL LIBRE ARBITRIO.



 

Dios incita al hombre a que se levante del pecado. Cuanto antes reconoce el hombre su miseria, antes también se humilla y se abandona a Dios sabiendo que es a Dios a quien pertenece hacer en él esta obra de conversión. Poco a poco, por las inspiraciones que Dios le manda, toma conciencia de ello, y viendo la obra y la ganancia que saca de ello, se dice a sí mismo: “Verdaderamente parece que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de mí. ¡Qué suaves y llenas de amor son las obras de Dios en nosotros!”.

Servir a Dios en esta vida es, verdaderamente, reinar. Cuando Dios libera al hombre del pecado que lo esclaviza, lo saca de toda esclavitud y lo establece en la verdadera libertad. De no ser así, el hombre va siempre de deseo en deseo sin pacificarse jamás; cuanto más tiene, más quisiera tener: buscando satisfacerse, nunca está contento. En efecto, cualquiera que tiene un deseo está poseído por él. Buscando su libertad, siguiendo sus apetitos ofendiendo a Dios, se hace esclavo de ellos para siempre. Considera pues, la fuerza y el poder de nuestro libre arbitrio que encierra en sí dos cosas opuestas y tan contraria la una de la otra: la vida o la muerte eternas. Si no quieres, no puedes ser violentado por ninguna criatura por esto, mientras está en tu poder, reflexiona bien y vigila lo que haces.

 

Sta. CATALINA DE GENOVA.

1 comentario:

  1. Querida Chantal, el hombre es el ser que siempre decide lo que es.Es el ser que ha inventado las cámaras de gas y ha entrado en ellas con paso decidido rezando una oración. Victor Frankl, prisionero de Auschwitz descubrió que el hombre puede ser honesto y libre hasta en un campo de concentración...Habla de una libertad espiritual que nadie nos puede quitar; ese libre albedrio es lo que hace que nuestra vida tenga sentido y propósito.Dios nos ha hecho libres y nada malo fue hecho por Dios, somos nosotros los que producimos la maldad, pero también somos capaces de reconocerla y rechazarla.

    El misterio del mal y el misterio de la libertad son inseparables. Sin libertad no existiría el mal; pero tampoco existiría el bien, como tampoco habría la posibilidad de cambiar el mal por el bien.

    Así las cosas, en vez de quejarnos tanto del mal, de dudar de Dios o culparlo de todo lo malo que ocurre, creo que deberíamos procurar ser más responsables y luchar desde dentro de nosotros mismos contra el mal con la fuerza invencible de la libertad.

    El hombre lucha día a día contra el mal, alguna vez cae y, libremente, se levanta y va avanzando en su camino de libertad hacia Dios, siempre mirando al cielo y con un ansia innata de ser mejor .Recibe todo mi afecto.. Rosadeabril.

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