domingo, 11 de agosto de 2013

SANTA CLARA..


Santa Clara nos enseña una actitud hermosa: la del abandono en la oración. Las palabras que utiliza, tal como: “Emplaza tu espíritu frente al espejo de la eternidad y deja tu alma inundarse”. Hay en ello una voluntad de ponerse frente al Señor, pero también de soltar todo. Y esa contemplación permite la transformación. Santa Clara nos da un modo de empleo. Cuando estamos en adoración (oración muy importante para las Clarisas porque Clara tenía un fuerte amor para con la Eucaristía)[,] ¿Por qué estoy ahí si no es con la meta de situar mi espíritu frente al espejo y dejar mi alma  inundarse? La imagen del espejo evoca el reflejo. Cuando oramos, Clara nos invita a mirar toda la vida de Cristo. Mirando al Señor, toda la vida de Jesús se va a reflejar en nuestra vida, en nuestra alma, en nuestro corazón. Su luz se transforma en nuestra luz. Sabemos entonces que el Señor va a transformarnos, incluso si ese día, no estamos  muy disponibles. Es un abandono lleno de confianza  pues, en la oración, según la misma Santa Clara se evoca varias veces la dulzura de Dios, la felicidad.

UN GESTO:

Abrir las manos:

Es una actitud  llena de sentido. Clara es una mujer sin complejos. No ha jugado un papel. Lo ha dejado absolutamente todo para seguir a Cristo. Así se ha liberado para acoger a Providencia, a sus hermanas y a los que llamaban a la puerta del monasterio. Las manos abiertas y vacías evocan una gran sencillez. Con Santa Clara, no hay efectos especiales sino una belleza total y luminosa.

SOR ALICE-ANNE.

Clarisa

No hay comentarios:

Publicar un comentario