viernes, 2 de agosto de 2013

LA NOVEDAD-



"1. La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más
seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos,
programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas,
seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo
seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil
abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime,
guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos
lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia
limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la
historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad - Dios
ofrece siempre novedad -, trasforma y pide confianza total en Él: Noé, del
que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su tierra,
aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón y
conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en
el cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio. No es la novedad
por la novedad, la búsqueda de lo nuevo para salir del aburrimiento, como
sucede con frecuencia en nuestro tiempo. La novedad que Dios trae a nuestra
vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera
alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere
nuestro bien. Preguntémonos hoy: ¿Estamos abiertos a las “sorpresas de
Dios”? ¿O nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo?
¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos
presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la
capacidad de respuesta? Nos hará bien hacernos estas preguntas durante toda
la jornada." 

 

FRANCISCO , Papa.

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