jueves, 24 de octubre de 2013

OBTENER FRUTOS DE LAS FALTAS AJENAS. EL PECADO DE LOS DEMÁS NO ME QUITA NADA.

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 ..................Por lo que se refiere a las faltas e imperfecciones de nuestro prójimo, es bueno considerar – al igual que ocurre con las demás contrariedades – que en el mal, no solo hay mal. La conducta cuestionable de quienes nos rodean y que constituye para nosotros un motivo de sufrimiento, no es totalmente negativa, sino que ofrece ciertos beneficios.
Estos defectos nos ayudan también a no esperar del prójimo la felicidad, la plenitud o la realización que solo podemos encontrar en Dios quien nos invita a “enraizarnos” en Él.  A veces es tras una decepción en la relación  con alguien  de quien esperamos mucho (seguramente demasiado) como aprendemos a profundizar en la oración y en la intimidad con Dios, a esperar de Él esa plenitud, esa paz y esa seguridad que únicamente su amor infinito puede garantizarnos. Cuando los demás nos hacen pasar de un amor “idolatra” (un amor que espera demasiado) a un amor realista, libre y, por lo tanto, finalmente dichoso. El amor romántico siempre se verá amenazada por las decepciones: la caridad jamás, porque no busca su propio interés. (Pablo, 1 Cor.13, 5).

Jacques PHILIPPE.


EL PECADO DE LOS DEMÁS NO ME QUITA NADA.

En lugar de perder el tiempo y desperdiciar energías acusando a los demás de lo que no marcha bien en nuestra vida, o reprochándole lo que consideramos que nos quitan, es preciso esforzarse en adquirir una autonomía espiritual, profundizando en la relación personal con Dios, fuente única e inagotable de todo bien, y creciendo en la fe, la esperanza y el amor desinteresado. Debemos convencernos de una vez por todas de que el hecho de que los demás sean pecadores, a mí no me impide convertirme en santo; que nadie me priva de nada y que, al atardecer de mi vida, cuando me encuentre cara a cara con Dios (que nunca permitirá que carezca de todo lo necesario para avanzar espiritualmente y humanamente), no cometeré la niñería de acusar a los demás de mi falta de progreso espiritual.

Jacques PHILIPPE




1 comentario:

  1. Querida Amiga Chantal. Ciertamente, hay situaciones incómodas en las que no sabes cómo actuar, o en las que ya has hecho lo posible y lo imposible de una manera educada, a través de la palabra o del gesto.La corrección fraterna previamente meditada , hecha desde la caridad, con la cariñosa intención de lograr una enmienda, es algo de un bien inmenso que se debe hacer; si ya se ha hecho, hay que esperar y orar mucho por esa persona; evitando todo tipo de juicio y valoración porque eso ya es cosa de Dios.

    Nada ocurre que no esté permitido por Dios; a veces estas personas son "causas segundas" a las que el Señor utiliza para purificar a otras a través del sufrimiento producido por su rechazo.. Un Beso. Mªjosé

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