miércoles, 11 de abril de 2012

LA MUERTE DE JESÚS.


Heidegger, un filósofo alemán, dijo que el hombre era un ser-para-la-muerte. Esa definición trágica pesa en la vida de muchas personas que no saben como tratar las cosas de este mundo porque, en un momento dado, les serán arrebatadas todas. Entonces sufren la contradicción de lo material que a la vez detestan y abrazan como lo único que vale la pena. La resurrección de Cristo de entre los muertos cambia totalmente las cosas. No ha regresado a la existencia como Lázaro o la hija de Jairo, cuya vida se prolongó un tiempo para volver a morir. Jesús ha resucitado y vive para siempre con una vida totalmente nueva. Y su resurrección ha abierto un camino para todos.

                                                                                                              David Amado Fernández

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