jueves, 13 de febrero de 2014

ESTAMOS LLAMADOS A AMAR EL MUNDO.



Estamos llamados a amar al mundo. Y tanto amó Dios al mundo que le dio a Jesús. Hoy ama tanto al mundo que nos da al mundo, a ti y a mí, para que seamos su amor, su compasión, su presencia a través de una vida de oración, de sacrificio, de abandono. La respuesta que Dios espera de ti es que llegues a ser contemplativo, que seas contemplativo. Tomémosle la palabra a Jesús y seamos contemplativos en el corazón del mundo., porque si tenemos fe, estamos perpetuamente en su presencia. El alma, a través de la contemplación, saca directamente del corazón de Dios las gracias que la vida activa tiene el encargo de distribuir. Nuestras existencias deben estar unidas a Cristo que nos habita. Si no vivimos en presencia de Dios, no podemos perseverar.
¿Qué es la contemplación? Vivir la vida de Jesús. Es así como yo la comprendo. Amar a Jesús, vivir su vida en el seno de la nuestra, vivir la nuestra en el seno de la suya. La contemplación no es encerrarse en una habitación oscura, sino dejar que sea Jesús quien viva su pasión, su amor, su humildad en nosotros, que ore con nosotros, que está con nosotros, y santifique a través de nosotros. Nuestra vida y nuestra contemplación son una misma cosa. No se trata de hacer, sino de ser. De hecho, se trata del gozo pleno de nuestro espíritu por el Espíritu Santo, que insufla en nosotros la plenitud de Dios y nos envía a toda la creación como su personal mensaje de amor.

Beata TERESA DE CALCUTA

1 comentario:

  1. Sí, dices bien, nuestra vida debe ser reconocimiento y de contemplación de nuestro Creador, único Dios verdadero, y de su enviado, Jesucristo."Esta es la vida eterna". San Juan nos habla de esta vida que no significa la vida después de la muerte, él se refiere a la misma vida que estamos viviendo ahora; una "vida eterna "verdadera que nada ni nadie puede destruir.También lo leemos en el texto de la resurrección de Lázaro: "El que cree en Mí, aunque haya muerto vivirá"; "el que está vivo y cree en Mí, no morirá para siempre".Y, a los Apóstoles les dice Jesús: "Viviréis porque Yo sigo viviendo" Esta "vida eterna", la que vivía Santa Teresa de Calcuta , el hombre no la ha adquirido por sí mismo, ni solo para él, es un acontecimiento que se origina a través de la relación con Quién es la Vida y el hombre se convierte así en un "ser viviente"l y, ninguna muerte física le puede quitar su relación con Dios en Jesucristo.. El Evangelio de San Juan, hay que leerlo de rodillas; es una pura cristología desde el Prólogo: Y, nos vamos a Jeremías: "Antes de formarte en el vientre te escogí; antes de que salieras del claustro materno, te consagré..." Todos somos consagrados en los vientres de nuestras madres. Consagración significa santificación, segregación, Dios crea el hombre para Él en su totalidad. Por eso nuestra vida tiene que ser una respuesta a su Amor incondicional.

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