viernes, 8 de mayo de 2015

LA PALABRA, A CADA UNO SEGÚN SUS NECESIDADES,


 

Dios nos da sus gracias según nuestras necesidades. Dios es una fuente de la cual cada uno saca el agua según sus necesidades. Así la persona que necesita seis cubos de agua, saca seis; él que tres, tres; un pájaro que necesita solo un picoteo sólo picotea; un peregrino , con el hueco de sus manos puede saciar su sed: lo mismo ocurre con nosotros respeto a Dios.

Con gran fervor, debemos leer un capítulo del Nuevo Testamento y hacer tres actos: adorar la Palabra de Dios y su verdad; entrar en los sentimientos con los cuales nuestra Señor la pronunció y consentir en estas verdades; y adherirnos a la práctica de estas mismas verdades. Sobre todo hay que tener cuidado de no leer solo por estudio, diciendo: “Este pasaje me servirá para tal predicación” ni leer exclusivamente para nuestra vanagloria.

No hay que desanimarse si, habiendo leído el evangelio muchas veces durante un mes, dos meses, o más, no somos iluminados por él. Un día recibiremos una pequeña luz, otro día una mayor, y todavía una más grande cuando lo necesitemos. Una sola palabra es capaz de convertirnos; solo falta una.

San VICENTE DE PAÚL.

(1581  -  1660)

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