jueves, 1 de octubre de 2015

POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL.




 

El requerimiento de Nuestro Señor de que oremos en su nombre tiene un significado profundo. Después de cada una de las plegarias eucarísticas ofrecemos todos estos ruegos: POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL.  A través de Él podemos pedir cualquier gracia necesaria para nosotros mismos, como si fuera para Cristo mismo. Es más: sabemos que Cristo mismo pide por nosotros y con nosotros. Él nos ha dicho: en verdad, os digo, si pedís al Padre cualquier cosa en mi nombre, Él os la concederá. Ningún pecado, ninguna vergüenza nos deberá hacer vacilar en aproximarnos a Dios con la oración.

Si Cristo participa así en nuestras oraciones y obras, nosotros también participamos en las suyas. Nuestra unión con Jesucristo es de tal índole que, mientras no la quebrantemos por el pecado voluntario, podemos siempre reclamar una parte de sus méritos, pues todos somos un Cuerpo en Cristo. Por tanto, por muy desvalidos o desanimados que sean nuestros intentos de oración, con que sólo hagamos su voluntad y nos pongamos de rodilla a su merced, podemos contar con una gran participación en su oración. Él está a la derecha de Dios, intercediendo por nosotros.

 

Eugène BOYLAN.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario