sábado, 2 de junio de 2012

EL CORAZÓN DE JESÚS


¿No basta con Jesucristo? ¿Qué añade este misterio?
 Gracias a él, podemos acercarnos a Cristo y dejar que Él se acerque a cada uno de nosotros desde su interioridad divino-humana. Imágenes del pasado melifluas, sentimentalistas, hicieron quizás daño a esta espiritualidad. Frente a la devoción que se puede interpretar como algo arbitrario de cada persona, la espiritualidad, por el contrario, supone una estructura interior de vivencia y acción evangélica desde un centro nuclear, en este caso desde lo esencial del cristianismo: Dios es Amor, Caridad; Dios se ha hecho hombre y ha dado su vida por nosotros. El símbolo humano del amor es el corazón. La vida humana se inicia con el pálpito del corazón. Al encarnarse, Dios comienza a amar de un modo nuevo: con corazón humano. La interioridad cordial de Dios, escondida en Nazaret, se abrirá de par en par en el Calvario al golpe de la lanza del centurión. En ese momento el tesoro escondido, anidado en el Corazón de Cristo, se derrama sobre la tierra: es el don del Espíritu de Cristo. Ese Espíritu formó el corazón de Jesús en María; el Espíritu impulsó a Jesús en su obre redentora, desde el bautismo hasta la cruz  (se ofreció en un Espíritu eterno, dice la carta a los Hebreos); y por fin, ese Corazón abierto reveló y regaló lo que humanamente había acumulado en plenitud a lo largo de su vida terrena: el amor de Dios, el don del Espíritu.
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío, porque creo en tu amor para conmigo.

                                                                  Pablo CERVERA BARRANCO

1 comentario:

  1. Al Obispo de los Sagrarios Abandonados, el Beato D.Manuel González,le pidieron un libro que hablara de esto sólo,¿qué es el Corazón de Jesús..? y, dijo:"Escribiendo estoy esas palabras y la pluma me tiembla entre los dedos.¿Atrevimiento insensato? ¿Osadía sacrílega?¡Profanación del misterio de los misterios de Jesús?¡ Entrar en su Corazón, es decir, introducirse en este divino Laboratorio en que se han forjado la Eucaristía y la Iglesia.Sumergirse en el Manantial del que brotan las lágrimas resucitadoras que abren losas de sepulcros y ablandan corazones de piedra y los raudales de Sangre que lavan pecados , redimen los mundos y divinizan a los hombres. Asomarse al Horno, y más, al Volcán de donde ha salido y sale el fuego de amor que ha impedido e impedirá que el mundo se muera de frío y de egoísmo. Y que ha conseguido y seguirá consiguiendo que los hombres amen a su Dios como a su Padre y se amen unos a otros como hermanos y hasta den la vida por su Padre Dios y por sus hermanos los hombres; que los enemigos se perdonen y se abracen y que los huérfanos tengan padres y valedores...Entrar en su Corazón, esto es, aproximarse al místico Incensario del que se levantan blancas e inmensas espirales de alabanzas y desagravios, que satisfacen a Dios; aromas de piedad, humildad, pureza y paciencia que hacen santos a los hombres y desinfectan esta charca inmensa de la tierra pecadora!"
    ¡Todo eso e infinitamente más que eso, es el Corazón de Jesús!" (Así ama Él",nº238).

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