jueves, 4 de julio de 2013

SÉ CREYENTE Y SÉ MI APÓSTOL.

.
El Señor dice a Tomás: Mete tu dedo en la marca de los clavos. Tú me buscabas siendo así que yo no estaba allí. Y yo conocía tu deseo a pesar de tu silencio. Antes de que me lo digas, yo sé lo que piensas. Te he oído hablar y, aunque invisible, estaba junto a ti, cerca de tus dudas; sin hacerme ver, te he hecho esperar, para ver mejor tu impaciencia. Mete tu dedo en la marca de los clavos. Mete tu mano en mi costado y no seas incrédulo sino creyente.
Entonces Tomás lo toca, y su desconfianza cae totalmente, lleno de una fe sincera y de  todo el amor que se debe a Dios, exclama: ¡Señor mío y Dios mío! Y el Señor le dice: Porque me has visto, has creído; ¡dichosos los que crean sin haber visto! Como diciéndole :”Tomás, lleva la buena nueva de mi resurrección a aquellos que no me han visto. Arrastra a toda la tierra a creer, no a sus ojos, sino a tu palabra. Recorre todos los pueblos y ciudades lejanas. Enséñales a llevar, sobre las espaldas, la cruz en lugar de las armas, no hagas más que anunciarme. Ellos creerán y me adorarán. No exigirán otras pruebas. ¡diles que están llamados por la gracia! Y tú contempla su fe. ¡Dichosos, de verdad, los que no me han visto y han creído! Me han reconocido con los ojos de la fe, no con los del cuerpo.
Así es el arma que levanta el Señor; así son los hijos de la pila bautismal, las obras de la gracia, la cosecha del Espíritu. Han seguido a Cristo sin haberlo visto, lo han buscado y han creído. No han metido su dedo en las marcas de los clavos, sino que se han apegado a su cruz y la han abrazado con sus sufrimientos. No han visto el costado del Señor abierto, pero, por la gracia, han llegado a ser miembros de su cuerpo y han hecho suya su palabra: ¡Dichosos los que crean sin haber visto!

Basilio de SELEUCIA
(Arzobispo, + 458)


No hay comentarios:

Publicar un comentario