martes, 10 de marzo de 2015

AQUI HAY ALGO MÁS QUE SALOMÓN.



Después de haber recibido tantas y tantas veces a Jesús en el Eucaristía, finalmente, por un don de la gracia se puede "reconocer" y comprender la verdad encerrada en aquellas palabras: Aquí hay algo más que Salomón. El temor del Señor comienza a fluir, una especie de temor sagrado que impide levantar los ojos. ÉL está allí, presente personalmente. Y se descubre lo que significa adorar. Es una experiencia abrasadora de la realidad y presencia del Señor. Se comprende ahora que, sobre el Monte Sinaí, Dios se manifiesta con truenos y relámpagos, como el fuego de su mismo ser.  Este temor es, de algún modo, lo mismo que el amor. Es sumamente amable y bello, aunque no se vea ninguna imagen sensible. Es como si la realidad personal de Dios, espléndida y deslumbrante, hubiera entrado en nosotros, llenándonos totalmente.

 

Raniero CANTALAMESSA.

 

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