viernes, 18 de mayo de 2018

ABRAHAN, NUESTRO PADRE EN LA FE.


Vuestro padre deseó ver mi día, lo vio y se alegró. ¿Qué significa esto? Abrahán creyó a Dios y se le reputó como justicia. En primer lugar, porque este es el único Dios, Creador del cielo y de la tierra; después, porque multiplicaría su descendencia como las estre­llas del cielo. Dejando toda parentela terrena, siguió al Verbo de Dios, peregrinando junto a él para habi­tar con él. Los apóstoles, descendencia de Abrahán, dejando la barca y a su padre, siguieron al Verbo de Dios. También nosotros, acogiendo la misma fe que tuvo Abrahán y portando la cruz como Isaac la leña, lo hemos seguido.

Pues en Abrahán el hombre había aprendido y se había acostumbrado a seguir al Verbo de Dios. Abrahán había seguido según su fe el precepto del Verbo de Dios, con ánimo dispuesto a entregar a su hijo el amado en sacrificio a Dios, para que así Dios se complaciese en entregar en favor de toda su des­cendencia como sacrificio de redención a su amado Unigénito. Y como Abrahán era profeta, y con el espí­ritu veía el día de la venida del Señor y la economía de la pasión, por la cual él mismo como creyente y todos los demás que como él creyeron serían salvos, se alegró con grande gozo.

San Ireneo de Lyon

Discípulo de san Policarpo, obispo de Esmirna. Como obispo de Lyon (Francia), se erigió en defensor de la ortodoxia frente a los gnósticos. Murió mártir (t 200).

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