Son muchos los que no cesan de decir: "Si hubieramos vivido en tiempo de los apóstoles, y si hubieramos sido juzgados dignos de ver a Jesucristo como ellos, seríamos santos como ellos." Con eso ignoran que tanto entonces como ahora es Él mismo quien habla, tanto ahora como entonces, en todo el universo. La situación actual no es seguramente la misma que la de entonces, pero es la situación de hoy, ahora, que es mucho más dichosa. Con más facilidad nos conduce a una fe y a una convicción más profundas que el hecho de haberlo visto y escuchado entonces corporalmente.
En efecto, entonces Cristo aparecía como un hombre de humilde condición, pero ahora nos predica que es Dios verdadero. Entonces trataba frecuentemente con publicanos y pecadores y comía con ellos, pero ahora está sentado a la derecha del Padre, sin haberse separado nunca de él. Entonces, incluso la gente más simple lo menospreciaban diciendo: ¿No es este el hijo de María y de José el carpintero? Pero ahora los reyes y príncipes lo adoran como a Hijo del verdadero Dios y verdadero Dios Él mismo. Así pues el que actualmente escucha cada día, a través de los santos Evangelios, a Jesús que proclama la voluntad del Padre bendito, sin obedecerle con temor y temblor y sin guardar sus mandamientos, tampoco hubiera entonces aceptado creer en Él.
San SIMON EL NUEVO TEÓLOGO
Monje ortodoxo (949-1022)
Creo que, como herederos de la misión de Jesús, no podemos olvidar que Jesús vino, precisamente, a salvar lo que estaba perdido, a evangelizar a los pobres, a curar a los enfermos y pecadores(Lc,4,18-21). Los nuevos tiempos nos están reclamando con urgencia una nueva evangelización;pero la evangelización es la misma de hace más de dos mil años...Juan Pablo II se refería con mucha frecuencia a la "nueva evangelización". Hay que insistir en que, dentro del proceso único de evangelización al que se debe siempre la Iglesia, desde sus inicios hasta el final de los tiempos,"enviada" por el Señor,vive hoy una nueva etapa y debe afrontarla con unas buenas disposiciones interiores que lo animen a actuar sin temores, con decisión, sin complejos, con sencillez, sin privilegios; porque los hombres y las mujeres de nuestros días van aturdidos, desorientados y no atinan, por ellos mismos, al lugar a dónde dirigirse.Hay que acercarse a ellos teniendo en cuenta que el secularismo ateo y la ausencia de práctica religiosa está afectando a jóvenes y adultos de cualquier clase social; y, a todos hay que llevarles el Mensaje de Cristo; hay que ir a buscarlos para hablarles de Dios, hay que enseñarles a creer en Dios que crea y salva. y ayudarlos a entrar en una Comunidad donde se conoce y se alaba al Creador, donde se vive la fraternidad humana y reina la esperanza de la salvación eterna prometida por Jesucristo en su predicación del Reino de Dios para el que todos fuimos creados."Es necesario nos decía el Papa,que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del Espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el profundo amor al hombre hermano. Para sacar de ahí una fuerza renovada que os haga infatigables creadores del diálogo y promotores de justicia, alentadores de cultura y elevación humana y moral del pueblo. En un clima de respetuosa convivencia con las otras legítimas opciones, (Juan PabloII Saludo a las Autoridades y al pueblo español, en Barajas, en 1982.
ResponderEliminarLos coetáneos de Jesús no lo conocían a pesar de los milagros y signos que hacía cada día.Tampoco hoy se conoce lo suficiente y por eso no se le ama lo suficiente y es urgente proclamar el Evangelio como en los primeros tiempos.