jueves, 19 de julio de 2012

LA HUMILDAD.

El que quiera encontrar el verdadeero descanso para su alma que aprenda la humildad. En ella se encuentra todo gozo, toda gloria y todo descanso, así como en el orgullo se encuentra todo lo contrario. En efecto, ¿Como hemos llegado a tantas tribulaciones? ¿Es que el hombre no ha sido creado para la plenitud del bienestar, del gozo, del descanso y de la gloria? ¿No estaba en el paraíso? Se le prescribió: "No hagas esto", y lo hizo. ¿Veis el orgullo, la arrogancia y la insumisión?  "El hombre está loco, - dira Dios al ver esta insolencia-: no sabe ser feliz. Si no sabe atravesar días malos, se perderá totalmente. Si no aprende qué es la aflición, no sabrá lo que es el descanso". Entonces Dios le dio lo que merecía echándolo fuera del paraíso.
Sin embargo, la bondad de Dios no dejó abandonada a su criatura, sino que se volvió de nuevo hacia ella y la volvió a llamar: "Venid a mí, todos los que estaís cansados y agobiados, y yo os aliviaré". Es decir: "Os encontraís cansados, os veis como unos desgraciados, habeís experimentado el mal de vuestra desobediencia. Vamos, convertíos por fin; vamos, reconoced vuestra impotencia y vuestra verguenza para poder regresar a vuestro descanso y vuestra gloria. Vamos, vivid por la humildad, vosotros que estabais muertos por orgullo."

DOROTEO DE GAZA
Abad palestino (siglo VI.VII)

1 comentario:

  1. Querida Chantal:No es fácil el conocimiento de uno mismo porque siempre tenemos que litigar contra el "demonio mudo"que nos cierra todo acceso a la Verdad y nos hace vernos muy buenos, enmascarando nuestras imperfecciones y nuestros defectos más arraigados; nuestras infidelidades y nuestras faltas de amor a Dios, nos hace verlas como faltas poco importantes, circunstanciales...
    Pero, cuando, por una gracia de Dios, reconocemos que nada somos, que todo se lo debemos al Señor, entonces, nos reconocemos tal y como somos y apreciamos todo nuestro valor: somos como unos asnos asquerosos a los que el Señor carga cada mañana de piedras preciosas,-virtudes- que no siempre reconocemos y hacemos buen uso de ellas;la Humildad nos introduce en el reconocimiento profundo de que somos pecadores.

    Un examen de conciencia diario, hondo y humilde nos ayudará a conocer nuestras faltas de caridad, nuestros trabajos hechos con desgana,nuestra impiedad..¿Dónde tengo puesto mi corazón? ¿Le he buscado a Él o me he buscado a mí mismo? El alma que se examina a diario va eliminando sus malos hábitos día a día; pero si no lo hace, se va llenando de malas hierbas que van a ahogar la semilla de la Gracia y se va a encontrar sóla en su impotencia; ¡sin Dios nada podemos!; pero si somos fieles a nuestro Bautismo y vivimos unidos a Cristo, enamorados de Cristo, ¿Qué demonio mudo va a poder con nosotros?. Reconozcamos nuestra indigencia con humildad, pero reconozcamos también, con mucho orgullo, que somos hijos de Dios que como un Padre nos cuida para que no caigamos y, si por desgracia, caemos, nos ayuda a levantarnos.
    ¡Alabado sea Jesucristo!

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