Los Padres de la Iglesia nos
advierten que prestemos atención para no caer en falsas imaginaciones y en
esperar una extravagante segunda venida de Cristo, del fin del mundo. Dicen que
antes de la definitiva y última venida de Cristo está su venida a la vida de
cada uno. Esta venida debe ir acompañada de un discernimiento de saber leer los
signos que ocurren en nuestra vida para captar en qué forma Cristo llama a
nuestra puerta y mediante qué acontecimiento se quiere liberar de la esclavitud del pecado y trasplantarnos
a un fundamento que no se derrumba. También la experiencia personal o
comunitaria de la venida de nuestro Señor ocurre a menudo mediante momentos difíciles
y dramáticos, cuando vemos que las cosas más sólidas, las certezas más
intocables, caen. Y esto es así porque, en su amor, Dios no quiere que apoyemos
nuestra vida en puntos que son sólidos sólo aparentemente.
MARKO I, RUPNIK, S.J.
Cuando te
sientas cansado, triste, solo, por causa del sufrimiento, retírate a este
santuario íntimo de tu alma y allí encontrarás a tu hermano, a tu amigo Jesús,
que será tu consolador, tu apoyo, tu fuerza.
CHARLES DE
FOUCAULD
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