sábado, 26 de abril de 2014

¡ DUC IN ALTUM !



¡ Rema mar adentro!  Caminemos con esperanza! La vida se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. El Cristo contemplado y amado nos invita una vez más a ponernos en camino: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El mandato misionero nos invita a tener el mismo entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos. Para ello, podemos contar con la fuerza del  mismo Espíritu Santo que fue enviado en Pentecostés y que nos empuja hoy a partir animados por la esperanza que no defrauda.

Nuestra andadura debe hacerse más rápida al recorrer los senderos del mundo. Los caminos por los que cada uno de nosotros y cada una de nuestras Iglesias caminan son muchos, pero no hay distancias entre quienes están unidos por la única comunión, la comunión de cada día se nutre de la mesa del Pan Eucarístico y de la Palabra de vida. Cada domingo, Cristo resucitado nos convoca de nuevo como en el Cenáculo, donde al atardecer del día primero de la semana se presentó a los suyos para exhalar sobre ellos el don vivificante del Espíritu e iniciarlos en la gran aventura de la evangelización.

 

San JUAN PABLO II

1 comentario:

  1. "Duc in altum...Rema mar adentro"Fueron las palabras del Señor a echar las redes aquella noche que no habían pescado nada...Y,habiéndolo hecho, recogieron tal cantidad de peces que las redes se les iban a romper.

    Con estas bellas palabras abrió san Juan Pablo II su Carta Apostólica "Al Comienzo del Nuevo Milenio",en la cual hace una valoración de lo vivido con ocasión del Jubileo y nos ofrece una serie de sugerencias para entrar en el nuevo milenio que íbamos a inaugurar.

    Lo que Dios haya hecho en el corazón de cada uno, Él lo sabe. En Barcelona, donde yo vivía entonces, fueron muchos los actos que se celebraron y en los que tuve la suerte de participar. Taize, grupos de todas las nacionalidades, nos permitían ver una Iglesia peregrina siempre en marcha; como decía San Agustín: "entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios.".Nosotros sólo podíamos observar el acontecimiento precioso al acercartnos a la Plaza de Cataluña, o a la Plaza de España, gentes de todas las razas, de todas las edades, cantando en todos los idiomas"¡Cantaré eternamente las misericordias del Señor!"

    No podíamos pararnos y el Papa, San Juan Pablo II, quería suscitar en los fieles un dinamismo nuevo, basado en sus experiencias: "Ser antes que hacer" " Ser un testigo".¡ Creer en Alguien que vibve, Cristo Resucitado, no en una "cosa impersonal"que acalla mis angustias!

    ¡Creer en Alguien es "hablar de Él", explicar su Mensaje con obras y palabras! Y,s e dirigió a millones de jóvenes en la Plaza de San Pedro, en la peregrinación jubilar a Roma, que se hicieran "centinelas de la mañana" en aquella aurora del nuevo milenio. La Iglesia no ha dejado de "remar mar adentro"¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡¡¡sta verdad hay que proclamarla.!!!

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