sábado, 3 de enero de 2015

NAZARET.


Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su evangelio. Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida. ¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret!

¡Cómo quisiéramos volver a empezar junto a María y José nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina!

Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas presiones de nuestra ruidosa y agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros;  enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación personal que solo Dios ve.

 

Beato PABLO VI.

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