viernes, 13 de enero de 2017

LO DIÓ TODO.


Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Esta es la última oración de nuestro Maestro, nuestro Amado. ¡Ojalá sea también la nuestra! No solo la oración de nuestro último instante, sino la de todos los instantes.



Padre mío, a tus manos me encomiendo. Padre mío, me confío a ti, Padre mío, me abandono a ti. Padre mío, haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea, te doy gra­cias, te doy gracias por todo.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, te doy gra­cias por todo, con tal que se haga en mí tu voluntad, oh Dios, con tal de que se haga tu voluntad en todas tus criaturas, en todos tus hijos, en todo lo que tú amas.
No anhelo nada más, Dios mío. Entrego mi espíritu a tus manos, te lo doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te quiero y me lo exige el amor que te tengo: abandonar todo, sin medida, entre tus manos. Me confío a ti, con inmensa confianza porque tú eres mi Padre.

Beato Carlos de Foucauld Militar y explorador, se hizo sacerdote. Murió asesinado por una banda de forajidos en el Sahara argelino (1858-1916).


No hay comentarios:

Publicar un comentario