viernes, 14 de julio de 2017

EL ESPIRITU SANTO.


Cristo está verdaderamente con nosotros ahora: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Podéis dar esta explicación: «Cristo volvió, pero en espíritu; es su Espíritu quien vino en su lugar, y cuando Cristo dijo que está con nosotros, significa que su Espíritu está con nosotros». Nadie, por cierto, puede negar que el Espíritu Santo vino, ¿pero por qué vino? ¿Para suplir la ausencia de Cristo o para cumplir su presencia? Ciertamente, para hacerlo presente. No imaginemos ni un momento que Dios Espíritu Santo pueda venir de tal modo que Dios Hijo se quede lejos. Por el Santo Espíritu entramos en comunión con el Padre y el Hijo...

El Espíritu Santo suscita la presencia de Cristo en el corazón y la fe la acoge. Así pues, el Espíritu no ocupa el lugar de Cristo en el corazón, sino que le asegura este sitio a Cristo... El Espíritu Santo, pues, se digna a venir a nosotros con el fin de que, por su venida, Cristo pueda venir a nosotros, material o visiblemente, pero entrando en nosotros. Y así es como está a la vez pre­sente y ausente: ausente en cuanto que dejó la tierra, presente en cuanto a que no abandonó al alma fiel. Como él mismo dice: El mundo ya no me verá, pero vosotros me veréis.

Beato John Henry Newman

Nace en Londres; convertido del anglicanismo, fue presbítero, cardenal y fundador de una comunidad religiosa (1801-1890).

No hay comentarios:

Publicar un comentario