martes, 12 de septiembre de 2017

LA LUZ SERÁ DISTINTA PARA CADA UNO.

Todos los que ven a Cristo no son iluminados del mismo modo, sino según la medida de su capacidad de recibir la luz. Nuestros ojos corporales no siempre están iluminados del mismo modo por el sol. Cuanto más alto sube uno, más puede contemplar su salida y mejor percibe su resplandor y su calor. Del mismo modo, cuanto más alto se eleva nuestro espíritu y sube hasta Cristo, más descubrirá el esplendor de su claridad, más intensamente será iluminado por su luz. El Señor mismo lo declara por boca del profeta: Acercaos a mí y yo me acercaré a vosotros.
Así pues, no todos llegamos a Cristo de la misma manera, sino que cada uno lo hace según sus capacidades. O bien, vamos con las multitudes hacia él para que nos sacie con el pan de sus parábolas para no desfallecer por el camino, o bien, nos quedamos a sus pies, sin preocupamos de nada más que de escuchar su palabra, sin dejarnos distraer por las múltiples necesidades del servicio. .. Los que se acercan así al Señor recibirán mucha más luz. Pero si, igual que los apóstoles, no alejándonos nunca de él, permanecemos constantemente con él en las tribulaciones, Cristo nos explicará en secreto lo que había dicho a las multitudes y con más claridad todavía nos iluminará. En fin, si él encuentra a alguien capaz de subir a la montaña con él, como Pedro, Santiago y Juan, este no solo será iluminado por la luz de Cristo, sino también por la voz del Padre.

ORIGENES
Asceta y gran teólogo, lleva a su apogeo la escuela de Alejandría y sufre diversos tormentos en la persecución de Decio (I85?-2S3).

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