martes, 19 de septiembre de 2017

LA TRANSFIGURACIÓN.



Hoy, en efecto, el Señor se ha manifestado verda­deramente en la montaña. Hoy la naturaleza humana, creada al principio a imagen de Dios, pero oscurecida por las figuras deformantes de los ídolos, ha sido tras-figurada en la antigua belleza del hombre creado a imagen y semejanza de Dios.
Moisés contempla de nuevo el fuego que no con­sumía el matorral, pero que da la vida a toda carne, y dice: «Ahora te veo, a ti que existes verdaderamente y por siempre, que estás con el Padre y que me dijiste: Yo soy el que soy. Ahora te veo a ti, al que deseaba ver en otro tiempo diciendo: Déjame contemplar tu gloria. Ya no te veo de espaldas, sino que te veo, Dios lleno de amor por los hombres, escondido en una forma humana. No me proteges con tu derecha, pero eres la Derecha del Altísimo revelada en el mundo. A la vez eres el mediador de la Antigua y de la Nueva Alianza, el Dios antiguo y el hombre nuevo. que me dijiste sobre el Sinaí: Un ser humano no puede verme y que­dar con vida, ¿cómo podemos contemplarte ahora cara a cara sobre la tierra, en la carne? Quieres manifestarte también entre los que se durmieron hace siglos, visitar a los patriarcas en la estancia de los muertos, bajar a librar a Adán de sus dolores. Porque así es como res­plandecerán los justos en el momento de la resurrec­ción; así es como serán glorificados; así, como serán transfigurados.
San Anastasio de Sinaí
Fue uno de los últimos padres de lo Iglesia y gran asceta del siglo VII.
Su obra floreció en el Monte Sinaí y tuvo una gran repercusión en el ámbito de Bizancio (t Ca. 690).
Entre los ortodoxos es conocido como el Nuevo Moisés.

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