viernes, 20 de julio de 2018

LA ORACIÓN DE PETICIÓN.


¿Cómo es que rara vez nos parece experimentar el fruto de la oración? Tenemos la impresión de que sali­mos de la oración igual que hemos entrado, nadie nos responde una palabra, ni nos da lo que hemos pedido, tenemos la sensación de haber trabajado en vano. Pero ¿qué es lo que dice el Señor en el evangelio? No juz­guéis por las apariencias, sino tened un juicio justo; y ¿qué es un juicio justo sino un juicio de fe? Porque el justo vive de la fe. Sigue, pues, el juicio de la fe, que es más seguro que el de tu experiencia, porque la fe no engaña, mientras que la experiencia puede indu­cirnos al error.

Y ¿cuál es la verdad de la fe sino la que el mismo Hijo de Dios nos promete?: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido y la obtendréis. Así pues, hermanos, ¡que ninguno de vosotros tenga en poco su oración! Porque, os lo aseguro, aquel a quien ella se dirige no la tiene en poca cosa; incluso antes de que ella haya salido de vuestra boca, él la ha escrito en su libro. Sin la menor duda podemos estar seguros de que Dios nos concede lo que pedimos, aunque sea dándonos algo que él sabe que es mucho más venta­joso para nosotros. Porque nosotros no sabemos pedir como es debido.

San Bernardo
 Nace en Dijon, Francia; fue monje cisterciense y gran autor espiritual. Es doctor de la Iglesia (1090-1153).

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