martes, 2 de octubre de 2018

POCO TRAEREMOS, MÁS RECIBIREMOS.


Es el momento de la oración. Tú haces tus peticio­nes; la petición ¿no es ya una confesión de tu pobreza? En efecto, dices: Danos hoy nuestro pan de cada día. Si tú, pues, pides tu pan cotidiano ¿eres rico o pobre?
Y, sin embargo, Cristo no teme decirte: «Dame lo que te he dado. Pues, de hecho, ¿qué es lo que has traído al venir al mundo? Todo lo que has encontrado en la creación, lo he creado yo. Tú no has traído nada, y nada te llevarás. ¿Por qué no me das lo que es mío? nadas en la abundancia y el pobre en la necesidad, pero remontaos al comienzo de vuestra existencia: los dos habéis nacido completamente desnudos. Incluso tú has nacido desnudo. Seguidamente has encontrado aquí abajo grandes bienes; pero ¿acaso has traído alguna cosa contigo? Te pido, pues, eso que te he dado; da y te devolveré. Me has tenido por bienhechor; hazme tu deudor a una tasa muy alta. Me das poco, te devolveré mucho. Me das los bienes de este mundo, te daré los tesoros del cielo. Me das unas riquezas temporales, te daré las posesiones eternas. Te las entregaré cuando haya tomado posesión de ti».




San Agustín

Oriundo de Tagaste (en la actual Argelia), fue obispo de Hipona. Es uno de los cuatro grandes padres de la Iglesia latina.

Es doctor de la Iglesia (354-430).

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario