domingo, 6 de enero de 2013

LAS IRAS DE LA BIBLIA.



Surge con regularidad en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Destruye, educa, anuncia, siempre la ira revela algo de las relaciones entre Dios y el hombre.


CAÍN: la ira por celos.

A Yahvé no le agradó la ofrenda de Caín, y se enfureció Caín y andaba cabizbajo…

La ira de Caín es la expresión de un mal mucho más profundo. Caín está celoso. ¡Se podría entender! Yahvé ha aceptado la ofrenda de Abel, y ni ha mirado la suya. Sin embargo el Señor no está indiferente. Por dos veces da a Caín la ocasión de expresar su ira y dominarla. ¿Por qué andas cabizbajo? Le pregunta. Y luego ¿Dónde está tu hermano Abel? Pero Caín en vez de revolverse contra Dios, lo hace contra su hermano. Y su ira explota en el asesinato.


DIOS: la ira educativa.

Yahvé dijo a Moisés: Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Déjame, pues, que se desfogue contra ellos mi cólera y los consuma.

La cólera del Eterno cruza el conjunto del Antiguo Testamento. En el libro del Éxodo, la ira de Dios se inflama contra el pueblo que adora el becerro de oro. Esta cólera expresa el desconcierto de Dios, y también la preocupación educativa de un padre hacia sus hijos. Sanciona el límite alcanzado por el pueblo. La reacción de Dios no es fingida ya que llega hasta querer suprimir a su pueblo. Pero, como muchas veces, un intercesor humano, en nombre del pueblo, calma el Eterno. Moisés utiliza numerosos argumentos y el Señor renuncia al mal que quería hacer a su pueblo. Moisés asume entonces la ira de Dios e  increpa a los Hebreos.


HERODES. La ira excesiva.

Entonces, Herodes, viéndose burlado por los magos, se irritó sobremanera y mandó a matar todos los niños que había en Belén  de dos años para abajo.(Mt. 2, 16).

La cólera de Herodes es un eco de la de Caín. Pero hay algo más retorcido en el rey de Israel , primero procuró mentir a los magos antes de darse cuenta de que lo habían engañado. Como en Caín se encuentra un celo latente. Herodes teme por su trono y decide, a fin de matar a Jesús, eliminar a todos los recién nacidos. Su gesto revela una cólera excesiva.


JESÚS: una ira profética.

Y haciendo de cuerdas un azote, los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; derramó el dinero…(Juan 2, 15)

Se habla mucho de la “santa cólera” para describir el gesto de Jesús, por ser justificada. La forma en que el pueblo utiliza el templo de Jerusalén no corresponde al proyecto inicial de un templo-lugar de encuentro entre Dios y los hombres. Pero es más, la ira de Jesús es descrita por S. Juan como un gesto profético. Jesús, el profeta anunciado en el Antiguo Testamento, tiene un gesto que sorprende a la gente pero que tiene sentido a los ojos de los discípulos. Se acuerdan efectivamente del salmo 69: Me consume el celo de tu casa. Derrama sobre ellos tu ira. Alcáncelos el furor de tu cólera. Y sobre todo después de su muerte, entenderán la profecía hecha por Jesús en la explanada del templo: derrumban ese templo y en tres días lo vuelvo a construir.


LA TURBA: cólera colectiva.

Al oír esto se llenaron de cólera cuantos estaban en la sinagoga, y levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a la cima del monte sobre el cual esta edificada su ciudad, para precipitarle de allí.(Lc, 4, 28-29).

En Nazaret las palabras de Jesús provocan escándalo. Tomando ejemplos del Antiguo Testamento, les explica que el mensaje de la salvación no es para ellos solos. Esta interpretación cambia su visión de Dios y la Salvación. El rechazo de las palabras de Jesús por la turba es acompañado con el deseo del asesinato, como Caín y Herodes. Esta reacción colectiva anticipa la de otra turba que gritará en el proceso de Jesús; Crucifícalo.


Laurence DESJOYAUX


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