sábado, 2 de febrero de 2013

SIMEÓN TOMÓ EL NIÑO EN BRAZO


Tened en las manos las lámparas encendidas.
A través de este signo visible, demos muestras del gozo que compartimos con Simeón llevando en sus manos la luz del mundo. Seamos ardorosos por nuestra devoción y resplandecientes por nuestras obras y, junto a Simeón, llevaremos a Cristo en nuestras manos. La Iglesia tiene hoy la bella costumbre de hacernos llevar cirios. ¿Quién es el que hoy teniendo en su mano la antorcha encendida, no se acuerda del bienaventurado anciano? En este día tomó a Jesús en sus brazos, el Verbo presente en la carne como lo es la luz en el cirio, dando testimonio de que era la luz destinada a iluminar las naciones. El mismo Simeón era una lámpara ardiente y luminosa dando testimonio de la luz. Para eso, conducido por el Espíritu Santo del que estaba lleno, fue al Templo para recibir, OH Dios, tu misericordia en medio de tu Templo y proclamar que ella era la misericordia y la luz de tu pueblo.
OH anciano que irradia paz, no solo llevabas la luz en tus manos, sino que estabas penetrado de ella. Estabas tan iluminado por Cristo que veías por adelantado como él iluminaría a las naciones, como estallaría hoy el resplandor de nuestra fe. Alégrate ahora, santo anciano, hoy ves lo que tú habías previsto: las tinieblas del mundo se han disipado; las naciones caminan a su luz, toda la tierra está llena de tu gloria.

BEATO GUERRICO DE IGNY
(1080 – 1157)


No hay comentarios:

Publicar un comentario